martes, 29 de abril de 2014

Apariciones, Mentiras y Recuerdos

-Santos levantate -Me dijo una vez. Por fin abrí los ojos y fue ahi cuando la vi parada frente mi cama. 
Barbara vestida en su rojo, con una flor adornando su cabello. Dios se veia hermosa. Pero que estoy diciendo! Barbara estaba parada frente mío! Pero como? Ella estaba muerta. Muerta! 
Pegue un brinco y sin darme cuenta estaba sentado en la orilla de mi cama, observaba todo mi alrededor y con mis manos frotándome los ojos, pensando que era una pesadilla que aun seguía dormido. Estaba mudo, no tenia palabras que decir y nada que pensar. 
-Que? Te asuste? -Me dijo con su tono peculiar de ironia,
-Esperabas que fuera alguien mas o que? Esa rubia oxigenada, esa que podría ser yo? -Sonando un poco mas molesta y acercadose a mi cada vez mas. Podia sentir su perfume, tenia que ser ella, esto no podia ser un sueño. Y justamente cuando se termino de acercar, estaba a punto de tomar su mano cuando mi propia mano paso sobre la suya. 
-Que?! -Fue todo lo que pude decir, mi corazón empezó a latir mas fuerte, mas rápido, como si se me fuera a salir del pecho, podia sentir como la sangre subía a mi cerebro; sentía que mi cabeza iba a explotar. Barbara seguía parada ahi drene mío luciendo mas calmada que nunca, como si nada estuviera pasando. Vi como ella misma trataba de tomar mi cara por mi barbilla para que la viera a los ojos. Pero al no poder no se frustraba.
-Santos escuchame lo que te tengo que decir -Era increíble como podia cambiar su voz de dominante, irónica a dulce y pasiva. 
-La rubia oxigenada no recuerda su pasado, ayudala, ayudanos -Me dijo sonando un poco mas preocupada, cuando logre alzar la mirada Barbara ya no estaba en la habitación. 
Ya no pude volver a dormir, que fue lo que había tratado de decirme con eso. Que es lo que Christina tenia que recordar, y por que Barbara habia dicho ayudamos? 
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La noche paso, ya no pude recuperar el sueño. Me pase toda la noche tratando de pensar y encontrar una respuesta a lo que había pasado. 
Senti la necesidad de llamar a la Dra. Margil y discutir lo que me habia pasado la noche anterior. 
-Le digo que era ella, bueno no ella pero su fantasma, su espíritu, no se pero ella -Le decía
-Santos, calmate, talvez fue solo un sueño -Me decía ella, mientras buscaba una explicación racional a lo que había pasado la noche anterior. 
Después de una hora de hablar por el teléfono, decidí fingir que ella tenia razón y seguir con el plan que tenia planeado. No me iba a dar por vencido. El hecho que Barbara se me apareciera otra vez era solo una señal que algo estaba mal. 
El resto del dia trate de no encontrarme con Christina, la esquive y le menti. Le dije que tenia cosas que hacer en la hacienda y que no la iba a poder ver. No muy convencida se fue con tia Cecilia hacia el pueblo. Me quede completamente solo en la haciendo, bueno los peones estaban ahi con migo. 
Asi me pase todo el dia.
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En la noche cuando Christina y Cecilia regresaron le pregunte a Christina si queria ir por una caminata, no le dije nada de la sorpresa que le tenia preparada. 
Nadie se lo imaginaba, la verdad es que hasta yo mismo me sorprendí con lo que habia preparado para ella. 
Le dije que se arreglara y me encontrara en el balcon de la hacienda, que se pusiera un vestido y se arreglara, que yo la encontraria ahi. 
Después de una hora fui a su encuentro, para mi sorpresa ella ya estaba ahi, se encontraba parada de un lado del balcón, con un vestido color blanco con algunas partes negras, unos tacones no muy altos y su pelo recogido. Se veia tan hermosa, Christina nunca me dejaba de sorprender. Yo por otro lado vestido con mi traje color crema, parado ahi como un idiota mirándola, observándola y rogándole a Dios que lo que estaba por hacer funcionara como lo que esperaba. 
Esta vez no cavalgamos. La lleve cerca de la poza en el carro, no queria que su vestido se arruinara y se ensuciara.  No dijimos nada en todo el camino. Nada mas que silencio fue lo que compartimos, pero en algunos momentos mientras manejaba, yo despegaba los ojos del camino para admirarla sin que se diera cuenta. Una vez que llegamos, cuando para y pe parquee pude ver como los ojos de Christina se abrieron, casi como si se fueran a salir de su lugar. 
-Santos que es todo esto? -Me dijo ella muy emocionada 
-Sorpresa!! -le dije soltado una carcajada. Me baje del carro y le abri la puerta. Le ofreci mi mano para ayudarla a que se bajara del carro. 
Una vez ya lejos del carro la tome por su pequeña cintura y la lleve casi a la orilla de la poza pero sin mojarnos. 
-No esta hermosa la noche? -Le pregunte sin dejarla ir 
-Esta hermosisima -Me dijo -Siento como si ya hubiera estado aquí antes 
-Podría ser -Dije susurrando 
-Que? -Me dijo ella dandose la vuelta 
-Nada, nada, ven vamos a bailar. -La tome por la mano y guie el camino hacia la pista de baile que una vez había sido construida para Barbara. 
La cara de Christina cambio, donde una vez habia habido una sonrisa de oreja a oreja, ahora habia una cara de sorpresa. 
Sin que Christina se diera puse la musica y la canción "Para Mi" empezó a sonar, escogí esa cancion por que pense que era perfecta, perfecta para ocacion y la situación en la que nos encontrábamos. 
La tome por la mano, coloque la otra en su cintura y empezamos a bailar, Christina trataba de esquivar mi cara, no se que pasaria ni por que ella estaba actuando así, pero sin pensarlo dos veces la jale y puse su cuerpo mas cerca del mío, y fue entonces cuando sentí su cara recargarse en mi hombro, tan suave y cuidadosa fue la acción. Después de un rato de bailar en silencio, hice un poco de espacio entre nosotros para luego mirar que Christina estaba muerta en llanto. 
-Christina que pasa, por que lloras? -Le pregunte poniendo una mano en su mejilla. 
-No se, -Me dijo entre en medio sus lagrimas -Algo sobre esto me puso melancólica, como si yo ya hubiera estado aquí antes, compartiendo este momento contigo en esta pista, en este llano, bajo las estrellas como testigo de esto que sentimos. -No pudo decir mas por que su voz se rompió bajo el llanto. 
Fue entonces cuando una idea en la cabeza me golpeo tan fuerte que pude sentir como mi cerebro se estremeció. 
Christina era Barbara. Oh al menos su espíritu. 
Barbara era la unica que podría recordar algo así. Eso explicaría mis encuentros con Barbara, mi amor y necesidad por Christina y por que Christina se siente atraída hacia mi. Tenia que encontrar la forma de que Christina recordara que había pasado de alguna forma o otra, ahi estaba la razón por la cual ella no podia recordar su pasado. 
Pero... 

lunes, 28 de abril de 2014

Muerta

Pues lo hice, cerre los ojos y me di la vuelta. Espere a que me diera una señal o algo para saber cuando darme la vuelta, pero nada paso,  los minutos seguían pasando. Dude en darme la vuelta pero lo hice para mi sorpresa Christina no estaba ahi. 
Como pude me sali del agua 
-Christina -Gritaba como loco y sin recibir respuesta alguna, podia sentir como mi respiración poco a poco se volvía agitada. Como mi preocupación crecía con cada segundo que pasaba, mis ojos escaneaban mi alrededor buscando alguna señal de ella. Que era esto? Acaso me había vuelto loco una vez mas? 
Cuando derrepente escuche la vos 
-Aqui voy -Seguida por el sonido del agua. En algún momento mientras tenia los ojos cerrados Christina había hecho de las suyas y como pudo había llegado hacia la roca. Mis ojos solo lograron ver como su cuerpo hacia su espacio al caer en la poza. Su cara parecía la de una niña pequeña que hacia de las suyas. Fue ahi cuando me di cuenta. 
Me tomo por sorpresa, podia sentir como mi estomago se retorcía, podia sentir lo que nunca antes habia sentido, en ese instante, en ese momento fue cuando al fin después de tantos meses pude entender lo que el universo entero me tenia preparado. La muerte de mi padre, la muerte de Barbara, del bebe que Barbara esperaba y por que mi relación con Marisela nunca funciono del modo que esperábamos. La respuesta estaba justamente enfrente mío. Lo que habia buscado toda mi vida estaba nadando en esa poza, luciendo joven, hermosa. Era increíble como la podia adorar tanto. 
Fue entonces cuando entendi que no me importaba saber su pasado, que aun que no supiera nada de su pasado yo quería ser su futuro. 
-Santos! -Fue lo unico que ella dijo para hacerme regresar en mi. Regrese al agua y nada hacia donde ella estaba, justo cuando estaba por tomarla en mis brazos Christina alzo su mano derecha y la coloco sobre mi cabeza haciéndome sumergirme dentro del agua y hechandose a escaparse. Parecíamos dos niños pequeños nadando. Después de un rato de jugar nadamos a la orilla de la poza y nos quedamos ahi, sentados uno al lado del otro, mirando hacia el cielo que estaba hermoso, lleno de estrellas y iluminado por la luz que la luna llena nos regalaba. Todo parecía un cuento de hadas. 
Gire la cabeza y me quede ido admirando la belleza de Christina, no encontraba las palabras correctas en como decirle lo que sentía, creo que ella sintio mi mirada clavada en su cara por que poco después se dio la vuelta y los dos juntamos nuestras miradas 
-Chris.. -Le dije con mi voz temblando. Limpie mi garganta y trate de hablar una vez mas
-Christina Carvajal me harias el honor de ser mi novia? De dejarme amarte todos los dias, de hacerte feliz, de mostrarte el Arauca de mi mano? -Christina no dijo nada, se quedo paralizada, lo unico que compartia con migo en ese instante era la mirada. Pero eso era todo lo que necesitaba, eso fue suficiente para saber que ella quería. 
Christina se inclino un poco, miro mis labios y cerro el espacio vacio que habia entre los dos. Sus labios suaves, tan ardientes, el beso estaba lleno de pasión, de deseo, de ternura, no se ni como explicarlo, era lo que los dos habíamos estado esperando y mas, nuestros cuerpos de acercaron cada vez mas. Christina estaba llena de pasión, sin darnos cuenta, ya no habia espacio entre los dos, nuestros cuerpos se habían conectado, podia sentir el calor de su cuerpo bajo el mío, sus manos en mi espalda y como recorrían hacia mi cabeza, sus manos enredadas en mi pelo, mientras yo recorría su espalda y trataba de no poner todo mi peso sobre ella, después de un rato nos dimos la vuelta y era ella quien estaba sobre mi. El calor de nuestro cuerpo subió, nuestras manos exploraban nuestros cuerpos y parecía que nuestros labios no eran suficiente, el deseo que sentíamos crecía cada vez y era insaciable. Necesitaba mas de ella, quería mas de ella, y tenia que tener mas de ella. Pero no era el momento. Me tome unos minutos mas para disfrutar del momento y sin ser obvio me fue despegando de sus labio y en medio de besos 
-Christina -Otro beso que me dejaba sin palabras -Creo que vamos muy rápido -Fue ahi cuando ella paro y me miro. Como si algo de ella se hubiera despertado 
-Santos, yo.. yo -No la deje terminar 
-No me expliques nada -Le dije dandole un pequeño besos al lado de sus labios tocando solo una pequeña esquina de aquellos labios que ahora estaban hinchados y rojos por los besos que acabamos de compartir 
-Santos escuchame -Me dijo tomando mi barbilla con su mano
-No se que esto que estamos sintiendo. No se a donde nos llevara, y no se por cuanto tiempo estaremos así, pero si, si quiero ser tu novia. Quiero comerte a besos y a abrazos todos los días, quiero que seas mío. Esta conexión que tenemos nunca antes la habia sentido con alguien mas, bueno de lo que recuerdo de mi vida, pero tu, tu me haces vibrar entre tus brazos, tus besos me dejan sin aliento y siento que quiero mas y nada es suficiente. Pero tienes razón vamos muy rápido -Me dijo colocando su mano en mi pecho y mirándome fijamente. 
La felicidad que senti en ese momento era mas grande de lo que alguna vez había sentido. No cabía en mi pecho. 
Poco después de esto nos vestimos y regresamos a Altamira, nos dijimos las buenas noches y los dos nos fuimos en caminos diferentes hacia nuestras habitaciones, ya todo mundo se había ido y la casa estaba en silencio total, aun así se sentía tan acogedora. 
No pude dormir toda la noche, recordando ese encuentro entre Christina y yo en la poza. El saber que era mi novia me volvía loco. Hasta que alfil pude dormir. 
En el en medio de la noche escuche a alguien llamarme 
-Santos -Susurraba la voz, juro que la podia reconocer pero no quería abrir los ojos, le temía a lo que vería si los abría 
-Santos levantate -Me dijo una vez. Por fin abrí los ojos y fue ahi cuando la vi parada frente mi cama. 
Barbara vestida en su rojo, con una flor adornando su cabello. Dios se veia hermosa. Pero que estoy diciendo! Barbara estaba parada frente mío! Pero como? Ella estaba muerta. Muerta! 

jueves, 24 de abril de 2014

Hechicera

-Señor Santos Luzardo como se siente perder ante mi? -Me decía con la respiración pesada y agitada pero con una sonrisa de oreja a oreja
-No, lo que pasa es que te deje ganar -Le dije para no sentirme con un gran perdedor pero la verdad
es que si era con ella no me importaba perder nunca, la dejaría ganar las veces que fueran necesarias orar ver esa sonrisa en su cara que iluminaba mi día, mi noche y mi vida.
-Di lo que quieras pero yo gane por las buenas -Me decía sonando retadora y tomando pequeños pasos hacia mi. Después de la pequeña carrera que tuvimos en el caballo, decidí llevarla a la poza, ya que era de noche era el mejor momento para estar ahi, la poza parecía otra, pasiva, llena de luz de la luna, perfecto para un momento romántico.
Cuando Christina estaba alfil tan cerca de mi que podia sentir su respiración decide tomarla en mis brazos y cerrar el vacío que habían entre nosotros, aun podia sentir su respiración agitada, podia sentir su corazón saltando dentro su cuerpo, podia sentirla temblar al estar entre mis brazos, su cuerpo encajaba perfectamente con el mío, como si Christina estuviera hecha perfectamente para mi.
Esa sensación la había sentido antes, pero no planeaba en recordar un pasado que ya estaba de mas enterrado. Christina no lucho contra a mi cuando la acerque hacia mi, sus manos cayeron en mi
pecho, y sus ojos clavados en los míos, nos quedamos mudos las palabras estaban de mas en este instante, todo lo que le quería decir estaba dicho con mi mirada y todo lo que ella me quería decir estaba dicho con su mirada. Este momento no podia ser mas perfecto. Deje caer mi frente sobre la de ella, admirando su belleza, oliendo su aroma, memorizando cada parte de su cara. Quería que se quedara memorizada en mi mente, en mis recuerdos para siempre.
-Santos.. Yo.. -Me dijo Christina, despertándome de ese hechizo tan profundo que ella misma me había hecho. Pero no la deje terminar, me deje llevar por el momento y la bese. El beso fue tierno, fue  suele sin embargo estaba lleno de pasión, de deseo, de desesperación. Era obvio que yo no era el único que había esperado por este momento, mis manos recorrieron su pelo, tan suave, el momento era mágico. Después de unos minutos de aquel beso apasionado y de algunos mordiscos los dos dejamos ir, nos quedamos observando uno al otro sin nada que decir, le di otro beso pequeño y me separe un poco de ella, un poco asustado que si nos quedamos así de juntos no la podría dejar ir.
-Quieres is a nadar? -Le pregunte quitándome la camisa y dándome un chapuzón al agua.
-Santos eres un loco irremediable -Me dijo mientras aplaudía como una niña pequeña. No habia nada que quisiera cambiar del momento, verla actuar así hacia que me gustara aun mas. Quien era esta mujer? Era una diosa, una bruja, una hechicera; me había hechizado y de su lado yo nunca mas me quería ir.
-Ademas no tengo nada con que nadar -Me dijo con una pequeña sonrisa picara.
-Señorita Carvajal le parece que yo tengo algo con que nadar también? -Le dije mientras señalaba mi semi desnudo cuerpo. Una carcajada fue todo lo que Christina soltó, dejandose caer en el suelo
-Pues yo así no nado eh  -Me dijo apuntando con su dedo.
-Vamos Christina no seas una niña mimada, déjate llevar por el momento -Con una carcajada mientras se lo decía.
-Esta bien pero date la vuelta -Me dijo sonando un poco penosa y con su cara tornandose de un color rojo, era obvio que le daba pena pensar que la vería sin su ropa o desnudándose frente a mi.

jueves, 3 de abril de 2014

Trato Hecho

-El mismo no, diferente si -Le digo, dandole una pequeña sonrisa. 

La tensión que había entre ella y yo era muy obvia. Pero mis ojos no se podían concentrar en nada mas que no fuera Judith, la alegría de tener mi pequeña entre mis brazos era única. 
-Papi donde estuviste? 
Me decía con esa voz dulce y única que la caracteriza, sus ojos color cafes tan clavados en mi rostro, observando cada movimiento que yo hacia y estudiando mi cara. Era obvio que su pregunta me había puesto un poco incomodo por que no sabia que decirle, no le quería mentir pero tampoco le quería decir que su padre se había vuelto loco de amor por su abuela y que tuvo que ser internado en un sanatorio para que se pudiera recuperar, Judith era muy joven para entender de esas cosas y el tema no era uno muy adecuado que una niña de su edad tendría que estar discutiendo.
-Tu papi fue al doctor -Le dijo ella hacercandose y acariciando a Judith por la espalda.
-No me vas a dar un abrazo -Me dijo. Yo quede casi paralizado con esto. No me lo esperaba, mucho menos por que venia de ella. 
-Claro -Le dije dandole uno de esos abrazos que se le da a la gente por puro compromiso. 
Christina nos observaba desde el otro lado de la habitación observando cada movimiento, Judith cada vez se ponía mas inquieta así que la deje ir, le di un beso y le dije que la vería después. 
-Bueno Santos, ahora que ya estas mas cuerdo que va a pasar -Me decía la mujer frente a mi, cruzando sus brazos y dando esa pésima actitud que solo ella sabia dar, cualidad que ella era obvio habia obtenido de su madre en eso eran tan parecidas.
-A que te refieres Marisela? 
-A nosotros tontito -Me dijo dandose una carcajada 
-Marisela, que yo sepa entre nosotros no hay nada -Le dije arqueando una ceja -Nosotros estamos divorciados y yo ya empece mi vida con otra mujer -Le dije, buscando por Christina 
-Christina, ven acá por favor -Le dije. 
Ella se acerco, su caminado hablaba por si solo, era obvio que ella no quería estar ahi en ese momento 
-Marisela Barquero te presento a Christina Carvajal -La cara de Marisela se puso pálida  parecia que estaba viendo un fantasma. O incluso a la misma Barbara Guimaran frente a ella.
-Mu... mucho gusto -Le dijo Marisela extendiendo su mano la cual temblaba. Por un momento llegue a pensar que esta se desmayaría de la impresión. 
Christina como siempre, muy cortez y manteniendo la compostura, tomo la mano de Marisela y le dio un pequeño apretón, era mas que claro que Marisela no era de su agrado 
-Mucho gusto -Christina se miraba tan familiar con Marisela, muy comoda pero manteniendo su distancia como uno hace con un enemigo, estudiando a Marisela, su cara, su mano, su actitud.
-Les molestaria si me robo a este guapetón por un momento -Pregunto Christina con una sonrisa en la cara. Esto me tomo por sorpresa pues momentos antes me había dejado solo y colgado en el despacho, pero claro que no iba a aceptar si implicaba lograr esta a solas con ella por un rato. 
Marisela parecia un poco molesta con esto, pero dado el hecho que ya no éramos nada no podia decir nada 
-Claro, vayan aproveche -Dijo forjando la sonrisa. 
Christina me tomo por la mano y dirigió el camino, podia sentir como se reía, que estaria planeando esta mujer, secuestrarme? 
-A donde me llevas -Le dije entre carcajadas
-Ah eso es una sorpresa -Aun que yo ya sabia hacia donde nos dirigíamos, después de todo era La Altamira y la conocía como la palma de mi mano. Una vez que estábamos afuera estaban dos caballos, montados y preparados para ser cabalgados 
-Pero que es esto? -Le dije, ver esto me emocionaba, me hacia sentir como un niño pues no sabia que era lo que ella quería, lo único que sabia era que involucraba una cabalgata bajo la luz de la luna y las estrellas.
-Ah ver dime? No prometiste llevarme a conocer el Arauca de tu mano? -Me dijo con una sonrisa maliciosa, subiendo se sobre un caballo negro, uno de los mas fuertes de la hacienda. Verla sobre ese caballo hacia que mi cuerpo fuera recorrido por un escalofrío que empezaba desde mi cabeza hasta la punta de los dedos de mis pies. Se miraba tan fuerte, ta madura, tan mujer pero aun así lograba seguir mirándose tan elegante, tan bella como solo ella podia hacerlo. 
-Muy bien señorita -Le dije mientras me montaba sobre el otro caballo que me esperaba 
-Espero puedas seguirme el paso -Le dije, empezando a moverme con el caballo
-Quiere apostar doctorcito -Me dijo, levantando la ceja derecha y con una sonrisa picara sobre su cara 
-Muy bien señorita Carvajal, que quiere apostar? -Le pregunte mientras me reía 
-Lo que usted quiera doctorcito, al fin y al cabo que el que esta noche pierde es usted -Me dijo 
-Muy bien, entonces le apuesto una cena y un baile 
-Trato hecho -dijo ella, arrancando el caballo y pasándome por enfrente. 
No podia dejar de admirar con que fuerza y belleza podia Christina montar el caballo. Parecía otra mujer, ya no parecía frágil como una rosa. Me encantaba verla así. 
Segundos después cuando al fin pude recobrar mis sentidos fui a alcanzarla 

martes, 1 de abril de 2014

El Mismo No, Diferente Si

No podia creer que me estuvieran haciendo eso. Yo sabia y tenia muy claro que Christina no era Barbara. Que eran parecidas pero no la misma persona. 
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-Tia, le pude decir a Christina que venga por favor -Se dio la vuelta me vio y accedió con la cabeza. 
Pocos minutos después Christina tocaba afuera del despacho 
-Santos? Puedo pasar? -Me decía con su voz, a la misma vez con una mano en la puerta del despacho 
-Claro pasa -Le dice acomodando me la camisa 
-Tu tia me dijo que querías hablar con migo, que pasa? Todo bien? -Me decía mientras a la vez hacia gestos con su mano.
-Pasa algo muy serio -Le dije con la cara seria y mirando me casi molesto. La cara de Christina paso de tener una dulce y tierna sonrisa a una cara de preocupación. 
-Santos no me asustes, que ah pasado? -Me decía sonando preocupada. 
Yo por otro lado caminaba de lado a lado en la oficina, tratando de buscar las palabras correctas, ella claro preocupada no se izo esperar y al ver mi silencio 
-Santos por dios! No te quedes callado y hablame, hace unos mi.. 
-Soy feliz! -Le dije no dejando la terminar de decir su oración y corriendo hacia ella, la tome en mis brazo 
-Soy feliz! Estas aquí con migo, nada puede ir mal -Yo podia sentir como ella dejaba el aire salir de su cuerpo en forma de liberarse, de dejar el estrés que le había causado mi silencio
-Te engañe? -Le dije dejando ir y soltando una pequeña carcajada 
-Eres un tonto Santos! Lo sabes? Me preocupaste -Me decía con una cara muy seria
-Era una broma, vamos regalame una sonrisa si? -Le decía mientras jugaba con su cara. Después de rogarla unos minutos logre sacar una sonrisa de su cara. No se si seria el hecho que me alegraba el alma verla o la luz de la noche pero Christina se miraba mas bella que nunca.
-Bueno Dr. Luzardo ahora que me tiene aquí me llevara a conocer el Arauca -Me decía, mientras trataba de imitar el acento Colombiano, no podia evitar reír un poco al escucharla hablar así. 
-Claro, usted solo digame cuando y yo encantadicimo la llevo -Le dije tratando de sonar caballeroso. La emoción y felicidad que sentía por ver a Christina era algo que no sentía en mucho tiempo. No pensé que el día llegaría. No podia dejar de verla y era obvio que ella lo notaba, cada vez que ella me atrapaba viéndola, su mejillas se tornaban de un color rosado, muy leve pero era obvio que se sonrojaba. Ella parada en la ventana mirando hacia afuera. 
No me pude contener y me acerque a ella por atras, la abrace  le di un beso en su mejilla. Pude sentir como su cuerpo se estremecio al beso. Minutos pasaron y ella segui mirando el cielo afuera de la ventana, era de noche y el cielo se miraba hermoso lleno de estrellas, no cabia duda por que Christina estaba hipnotizada, ya en Chicago era muy rara la vez que se podia ver un cielo así de bello. 
-Santos -Me dijo con una vos baja 
-Te puedo decir algo sin que pienses que estoy loca? -Me dijo, dandose la vuelta. Quedamos cara a cara 
-Claro, lo que quieras -Le dije tomándolas por los hombres y dandole un pequeño apretón 
-Me creerías si te digo que siento que yo pertenezco aquí? Como si algo de este lugar me llamara, como si este fuera mi hogar? -Me dijo mientras fruncía un ceño
-No creo que estes loca, pero no me sorprende. 
Christina camino hacia la puerta 
-Sabes, hay una fiesta haya afuera y es para ti 
-Lo se le dije -Para darme cuenta que ella ya no estaba en el despacho. Me quede unos minutos mas y decidí salir a la fiesta. De la nada sentí como algo me tomo por la pierna 
-Papi -Escuche la vocecita decir, cuando mire para abajo era mi pequeña 
-Mi vida -La tome en mis brazos 
-Que haces aqui mi amor -Llenándola de besos y abrazos. 
Cuando me doy la vuelta la veo ahi parada. Solo observandonos 
-Hola -Dice mientras se acerca a Judith y a mi.
-Hola -Le respondo yo un poco indiferente 
-Me alegra ver que has vuelta a ser el mismo Santos de antes -Me dice mientras me da un apretón en uno de mis hombros 
-El mismo no, diferente si -Le digo, dandole una pequeña sonrisa.