Podia mi vida ser mas complicada?
Como la cita se había arruinado y los problemas complicados, decidimos regresar a la hacienda y tratar de encontrar una solución a esta tan complicada situación que estaba apunto de volverme loco... por segunda vez.
Lo que me parecia raro era que en el camino de regreso, nadie hablo, no Barbara, no Christina, mas mudas que el mas frío silencio.
Esto no podia ser bueno, estarían planeando algo? Habrían vuelto a la normalidad? Que Dios me guarde por que estas dos mujeres juntas no podrían traer nada bueno.
Como la cita se había arruinado y los problemas complicados, decidimos regresar a la hacienda y tratar de encontrar una solución a esta tan complicada situación que estaba apunto de volverme loco... por segunda vez.
Lo que me parecia raro era que en el camino de regreso, nadie hablo, no Barbara, no Christina, mas mudas que el mas frío silencio.
Esto no podia ser bueno, estarían planeando algo? Habrían vuelto a la normalidad? Que Dios me guarde por que estas dos mujeres juntas no podrían traer nada bueno.
Y así seguimos en silencio, nadie dijo nada, ni siquiera un buenas noches. La expresión que el cuerpo de Christina tenia, era una cara en blanco, no sonrisa, no ceño, no nada. Lo que fuera que estaba pasando yo nunca sabría, después de todo era una mujer y que hombre en este mundo las entiende?
Después de que parquee el carro, se bajaron del carro y no dijeron mas nada. No buenas noches, no preguntas, no nada. Esto me estaba empezando a desesperar por que sabia que nada bueno podia venir de ese silencio que ellas se traían pero por como la situación estaba decidí dejarla y ver si podrían arreglar el problema ellas mismas.
Esa noche no dormi, por mas que trate de acomodarme en la cama lo único que logre fue dar vueltas como loco y termine dándome por vencido al no poder pegar el ojo.
Pero esa noche no tuve visitas del fantasma de Barbara. No esa tuve visita de recuerdos, a ver besado a Barbara en el cuerpo de Christina me habia hecho recordar lo que alguna vez fueron los momentos mas felices de mi vida, lo que sentí alguna vez por aquella mujer llena de pasión, por aquella fiera que nunca pude dominar y sin embargo ella me entrego su vida entera tratando de hacerme feliz.
-Dios que hice -Me dije yo mismo, darme cuenta que había perdido a la mujer que una vez ame me hacia odiarme a mi mismo, como puede uno dejar de tocar el cielo si lo tiene enfrente.
Ya no estaba seguro de lo que sentía y ni siquiera sabia por quien sentía, al fin poder tener a Barbara en mis brazos me hacia el hombre mas feliz del mundo pero yo sabia que nada podrían pasar por que no era su cuerpo y en algún instante ella se tendría que ir. Por otro lado también tenia a Christina, mi dulce y tierna Christina que al fin me había dado la oportunidad de compartir mi vida con ella.
De tanto pensar me fui quedando dormido.
La mañana siguiente me desperté a la sorpresa que Christina y Barbara no estaban. Las cosas de Christina no estaban. Parecia que ella nunca habia estado en la habitación.
Sali como loco de la habitación a buscarlas pero no habia rastro de ellas, o de Christina por lo menos.
-Christina, Barbara, Christina -Sali gritando esperando poder encontrarlas en algún lugar pero no estaban por ningún lugar.
Tenia la cabeza llega con ideas, pensamientos no podia pensar, no me podia concentrar. La situación se me estaba saliendo de control y fue ahi cuando una sola idea apareció de la nada, fue como si fuera magia.
-El hotel -Dije tomando las llaves del carro.
-----------------------------------------------------------
Fui al hotel del pueblo y pregunte por Christina Carvajal.
Nada.
La muchacha en el mostrador me dijo que no había nadie bajo ese nombre
-Pero no se a venido a hospedar un mujer rubia, joven entre sus treinta, no muy alta, menudita, de piel blanca y ojos azules? -Le tratando de explicarle como se miraba Christina y a la vez usando mis manos para que la joven se diera una idea.
Pero nada la muchacha parecía que no sabia de lo que le estaba hablando
-No lo siento, pero es que yo hace poco empece mi día acá -Me dijo, revisando la computadora
-Pero pueda que mi compañera le pueda ayudar -Mientras tomaba el teléfono y llamaba a alguien
-Carla, anoche no se hospedo una mujer rubia acá? ...
-Lo siento pero dice que no podemos dar ninguna información de sobre los huéspedes.
-Señorita esto es importante -Le dije mientras trataba de seguir calmado y no alterarme
-Lo siento señor Luzardo pero no le podemos ayudar -Me dijo ella regresando a su trabajo, en medio de mi frustración me di la vuelta y me salí del hotel.
Me quede esperando afuera por mas de tres horas.
Ninguna seña de ellas.
Pero cuando estaba apunto de levantarme de donde me había sentado para irme fue cuando las vi.
Parada al otro lado de la calle, con una camisa de leopardo, unos pantalones negros y unas botas negras. Cuando termine de escanear lo que llevaba puesto fue cuando me di cuenta que el color de su cabello ya no era rubio, era castaño. Dios que estaba haciendo Barbara con el cuerpo de Christina, Barbara estaba tomando las riendas y estaba haciendo lo que ella quería con el.
Christina/Barbara tenia la cara seria, pareceria que estaba enojada.
Cuando menos lo pense la tenia enfrente
-Santos Luzardo que diablos estas haciendo aquí?! -Me dijo casi respirando mi aire, estábamos tan cerca que podia sentir el aire que salía de su nariz, Barbara/Chirstina tenia la respiración rápida, era obvio que mi presencia aquí no le parecía adecuada
-Me puedes explicar por que te fuiste de mi casa sin decir nada y que diablos has hecho con el pelo de Christina, Barbara?
-Lo que la ex güera oxigenada y yo hagamos no es de inconveniencia. -Me dijo colocando su mano derecha
-Me vas a explicar por que están huyendo? -Le dije tomándola de la mano, creo que en ese instante fui un poco grosero, y hasta cierto punto la lastime
-Suletame estúpido -Me dijo dándome una cachetada
-Yo soy Doña Barbara y no le tengo que dar explicación a nadie y mucho menos a usted doctorcito de cuarta -Me dijo con su respiración aun mas fuerte y podia ver la furia en sus ojos. En ese instante fue como si Barbara nunca hubiera muerto.
No podia sentir la presencia de Christina. La personalidad de ella estaba por los aires, volando lejos mientras que Barbara se hacia presente a cada instante.
-Barbara por Dios! Que crees que estas haciendo? -Le dije un poco exaltado
-Nada de lo que te incumba, estoy aquí por una razón y mientras no sepa por que te quiero lo mas lejos de mi! Me oíste? -Me dijo tomando mi barbilla en su mano. Nuestras miradas chocaron y yo sabia que Barbara no quería eso.
La tome por la mano donde me tenia sujetado ella, la acerque a mi hasta que nuestros cuerpos estaban juntos, donde los dos repitamos el mismo aire y fue ahi cuando Barbara bajo esa guarda de mujer dominante que se traía, la acerque aun mas hasta que nuestras narices se estaban tocando. La mire en los ojos y supe exactamente lo que quería.
Me di por vencido y cerre el espacio entre nosotros. Le di un beso. Uno solo pero con el dijimos mas de mil palabras, con ese simple besos todos los miedos, todas las dudas, toda la ira desapareció al menos por ese instante nada de eso existía, solo Barbara y yo.
Labios con labios, lengua con lengua, dientes con dientes, la pasión de ese beso podia hacer temblar la tierra, ese tan solo beso era todo lo que necesitábamos, nuestras manos explorando nuestros cuerpos, buscando por ayuda por que si el mundo terminaba en ese instante no nos importaría. Estábamos juntos, eso, eso era todo lo que importaba en ese momento.
-Santos -Me dijo ella empujando, separándose del beso
-No -Me dijo ella, jadeando por aire
-No? -Le dije yo, casi en susurro.
-No, no es justo para la güera oxigenada -Me dejo catatonico.. No podia creer que ella estuviera diciendo que no a un beso y en especial que digiera que no por Christina.
-Solo por que regrese no significa que eh regresado por ti, o que mis sentimientos siguen vivos por ti -Me decía pero no me miraba a los ojos
-Barbara yo.. -Le dije acercándome, pero ella me dio la vuelta parada atrás de mi espalda con los brazos cruzados
-Ahorreselo doctorcito, nosotras nos quedaremos en este hotel hasta que logremos resolver este problema.
-Puedo hablar con Christina -Le pregunte
-No. Desde en la mañana no hemos hablado. Lo ultimo que hablamos fue el cambio de cabello y ropa, y luego desapareció
-Como que desapareci?? -Le dije preocupado, podia sentir como mi corazón se iba a salir de mi pecho.
Sali como loco de la habitación a buscarlas pero no habia rastro de ellas, o de Christina por lo menos.
-Christina, Barbara, Christina -Sali gritando esperando poder encontrarlas en algún lugar pero no estaban por ningún lugar.
Tenia la cabeza llega con ideas, pensamientos no podia pensar, no me podia concentrar. La situación se me estaba saliendo de control y fue ahi cuando una sola idea apareció de la nada, fue como si fuera magia.
-El hotel -Dije tomando las llaves del carro.
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Fui al hotel del pueblo y pregunte por Christina Carvajal.
Nada.
La muchacha en el mostrador me dijo que no había nadie bajo ese nombre
-Pero no se a venido a hospedar un mujer rubia, joven entre sus treinta, no muy alta, menudita, de piel blanca y ojos azules? -Le tratando de explicarle como se miraba Christina y a la vez usando mis manos para que la joven se diera una idea.
Pero nada la muchacha parecía que no sabia de lo que le estaba hablando
-No lo siento, pero es que yo hace poco empece mi día acá -Me dijo, revisando la computadora
-Pero pueda que mi compañera le pueda ayudar -Mientras tomaba el teléfono y llamaba a alguien
-Carla, anoche no se hospedo una mujer rubia acá? ...
-Lo siento pero dice que no podemos dar ninguna información de sobre los huéspedes.
-Señorita esto es importante -Le dije mientras trataba de seguir calmado y no alterarme
-Lo siento señor Luzardo pero no le podemos ayudar -Me dijo ella regresando a su trabajo, en medio de mi frustración me di la vuelta y me salí del hotel.
Me quede esperando afuera por mas de tres horas.
Ninguna seña de ellas.
Pero cuando estaba apunto de levantarme de donde me había sentado para irme fue cuando las vi.
Parada al otro lado de la calle, con una camisa de leopardo, unos pantalones negros y unas botas negras. Cuando termine de escanear lo que llevaba puesto fue cuando me di cuenta que el color de su cabello ya no era rubio, era castaño. Dios que estaba haciendo Barbara con el cuerpo de Christina, Barbara estaba tomando las riendas y estaba haciendo lo que ella quería con el.
Christina/Barbara tenia la cara seria, pareceria que estaba enojada.
Cuando menos lo pense la tenia enfrente
-Santos Luzardo que diablos estas haciendo aquí?! -Me dijo casi respirando mi aire, estábamos tan cerca que podia sentir el aire que salía de su nariz, Barbara/Chirstina tenia la respiración rápida, era obvio que mi presencia aquí no le parecía adecuada
-Me puedes explicar por que te fuiste de mi casa sin decir nada y que diablos has hecho con el pelo de Christina, Barbara?
-Lo que la ex güera oxigenada y yo hagamos no es de inconveniencia. -Me dijo colocando su mano derecha
-Me vas a explicar por que están huyendo? -Le dije tomándola de la mano, creo que en ese instante fui un poco grosero, y hasta cierto punto la lastime
-Suletame estúpido -Me dijo dándome una cachetada
-Yo soy Doña Barbara y no le tengo que dar explicación a nadie y mucho menos a usted doctorcito de cuarta -Me dijo con su respiración aun mas fuerte y podia ver la furia en sus ojos. En ese instante fue como si Barbara nunca hubiera muerto.
No podia sentir la presencia de Christina. La personalidad de ella estaba por los aires, volando lejos mientras que Barbara se hacia presente a cada instante.
-Barbara por Dios! Que crees que estas haciendo? -Le dije un poco exaltado
-Nada de lo que te incumba, estoy aquí por una razón y mientras no sepa por que te quiero lo mas lejos de mi! Me oíste? -Me dijo tomando mi barbilla en su mano. Nuestras miradas chocaron y yo sabia que Barbara no quería eso.
La tome por la mano donde me tenia sujetado ella, la acerque a mi hasta que nuestros cuerpos estaban juntos, donde los dos repitamos el mismo aire y fue ahi cuando Barbara bajo esa guarda de mujer dominante que se traía, la acerque aun mas hasta que nuestras narices se estaban tocando. La mire en los ojos y supe exactamente lo que quería.
Me di por vencido y cerre el espacio entre nosotros. Le di un beso. Uno solo pero con el dijimos mas de mil palabras, con ese simple besos todos los miedos, todas las dudas, toda la ira desapareció al menos por ese instante nada de eso existía, solo Barbara y yo.
Labios con labios, lengua con lengua, dientes con dientes, la pasión de ese beso podia hacer temblar la tierra, ese tan solo beso era todo lo que necesitábamos, nuestras manos explorando nuestros cuerpos, buscando por ayuda por que si el mundo terminaba en ese instante no nos importaría. Estábamos juntos, eso, eso era todo lo que importaba en ese momento.
-Santos -Me dijo ella empujando, separándose del beso
-No -Me dijo ella, jadeando por aire
-No? -Le dije yo, casi en susurro.
-No, no es justo para la güera oxigenada -Me dejo catatonico.. No podia creer que ella estuviera diciendo que no a un beso y en especial que digiera que no por Christina.
-Solo por que regrese no significa que eh regresado por ti, o que mis sentimientos siguen vivos por ti -Me decía pero no me miraba a los ojos
-Barbara yo.. -Le dije acercándome, pero ella me dio la vuelta parada atrás de mi espalda con los brazos cruzados
-Ahorreselo doctorcito, nosotras nos quedaremos en este hotel hasta que logremos resolver este problema.
-Puedo hablar con Christina -Le pregunte
-No. Desde en la mañana no hemos hablado. Lo ultimo que hablamos fue el cambio de cabello y ropa, y luego desapareció
-Como que desapareci?? -Le dije preocupado, podia sentir como mi corazón se iba a salir de mi pecho.