jueves, 29 de mayo de 2014

Complicado

Podia mi vida ser mas complicada?
Como la cita se había arruinado y los problemas complicados, decidimos regresar a la hacienda y tratar de encontrar una solución a esta tan complicada situación que estaba apunto de volverme loco... por segunda vez. 
Lo que me parecia raro era que en el camino de regreso, nadie hablo, no Barbara, no Christina, mas mudas que el mas frío silencio. 
Esto no podia ser bueno, estarían planeando algo? Habrían vuelto a la normalidad? Que Dios me guarde por que estas dos mujeres juntas no podrían traer nada bueno. 
Y así seguimos en silencio, nadie dijo nada, ni siquiera un buenas noches. La expresión que el cuerpo de Christina tenia, era una cara en blanco, no sonrisa, no ceño, no nada. Lo que fuera que estaba pasando yo nunca sabría, después de todo era una mujer y que hombre en este mundo las entiende?
Después de que parquee el carro, se bajaron del carro y no dijeron mas nada. No buenas noches, no preguntas, no nada. Esto me estaba empezando a desesperar por que sabia que nada bueno podia venir de ese silencio que ellas se traían pero por como la situación estaba decidí dejarla y ver si podrían arreglar el problema ellas mismas. 
Esa noche no dormi, por mas que trate de acomodarme en la cama lo único que logre fue dar vueltas como loco y termine dándome por vencido al no poder pegar el ojo. 
Pero esa noche no tuve visitas del fantasma de Barbara. No esa tuve visita de recuerdos, a ver besado a Barbara en el cuerpo de Christina me habia hecho recordar lo que alguna vez fueron los momentos mas felices de mi vida, lo que sentí alguna vez por aquella mujer llena de pasión, por aquella fiera que nunca pude dominar y sin embargo ella me entrego su vida entera tratando de hacerme feliz. 
-Dios que hice -Me dije yo mismo, darme cuenta que había perdido a la mujer que una vez ame me hacia odiarme a mi mismo, como puede uno dejar de tocar el cielo si lo tiene enfrente. 
Ya no estaba seguro de lo que sentía y ni siquiera sabia por quien sentía, al fin poder tener a Barbara en mis brazos me hacia el hombre mas feliz del mundo pero yo sabia que nada podrían pasar por que no era su cuerpo y en algún instante ella se tendría que ir. Por otro lado también tenia a Christina, mi dulce y tierna Christina que al fin me había dado la oportunidad de compartir mi vida con ella. 
De tanto pensar me fui quedando dormido. 
La mañana siguiente me desperté a la sorpresa que Christina y Barbara no estaban. Las cosas de Christina no estaban. Parecia que ella nunca habia estado en la habitación.
Sali como loco de la habitación a buscarlas pero no habia rastro de ellas, o de Christina por lo menos. 
-Christina, Barbara, Christina -Sali gritando esperando poder encontrarlas en algún lugar pero no estaban por ningún lugar. 
Tenia la cabeza llega con ideas, pensamientos no podia pensar, no me podia concentrar. La situación se me estaba saliendo de control y fue ahi cuando una sola idea apareció de la nada, fue como si fuera magia.
-El hotel -Dije tomando las llaves del carro. 
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Fui al hotel del pueblo y pregunte por Christina Carvajal. 
Nada.
La muchacha en el mostrador me dijo que no había nadie bajo ese nombre
-Pero no se a venido a hospedar un mujer rubia, joven entre sus treinta, no muy alta, menudita, de piel blanca y ojos azules? -Le tratando de explicarle como se miraba Christina y a la vez usando mis manos para que la joven se diera una idea. 
Pero nada la muchacha parecía que no sabia de lo que le estaba hablando 
-No lo siento, pero es que yo hace poco empece mi día acá -Me dijo, revisando la computadora
-Pero pueda que mi compañera le pueda ayudar -Mientras tomaba el teléfono y llamaba a alguien 
-Carla, anoche no se hospedo una mujer rubia acá? ...
-Lo siento pero dice que no podemos dar ninguna información de sobre los huéspedes. 
-Señorita esto es importante -Le dije mientras trataba de seguir calmado y no alterarme
-Lo siento señor Luzardo pero no le podemos ayudar -Me dijo ella regresando a su trabajo, en medio de mi frustración me di la vuelta y me salí del hotel. 
Me quede esperando afuera por mas de tres horas.
Ninguna seña de ellas. 
Pero cuando estaba apunto de levantarme de donde me había sentado para irme fue cuando las vi. 
Parada al otro lado de la calle, con una camisa de leopardo, unos pantalones negros y unas botas negras. Cuando termine de escanear lo que llevaba puesto fue cuando me di cuenta que el color de su cabello ya no era rubio, era castaño. Dios que estaba haciendo Barbara con el cuerpo de Christina, Barbara estaba tomando las riendas y estaba haciendo lo que ella quería con el. 
Christina/Barbara tenia la cara seria, pareceria que estaba enojada. 
Cuando menos lo pense la tenia enfrente 
-Santos Luzardo que diablos estas haciendo aquí?! -Me dijo casi respirando mi aire, estábamos tan cerca que podia sentir el aire que salía de su nariz, Barbara/Chirstina tenia la respiración rápida, era obvio que mi presencia aquí no le parecía adecuada
-Me puedes explicar por que te fuiste de mi casa sin decir nada y que diablos has hecho con el pelo de Christina, Barbara? 
-Lo que la ex güera oxigenada y yo hagamos no es de inconveniencia. -Me dijo colocando su mano derecha
-Me vas a explicar por que están huyendo? -Le dije tomándola de la mano, creo que en ese instante fui un poco grosero, y hasta cierto punto la lastime 
-Suletame estúpido -Me dijo dándome una cachetada 
-Yo soy Doña Barbara y no le tengo que dar explicación a nadie y mucho menos a usted doctorcito de cuarta -Me dijo con su respiración aun mas fuerte y podia ver la furia en sus ojos. En ese instante fue como si Barbara nunca hubiera muerto. 
No podia sentir la presencia de Christina. La personalidad de ella estaba por los aires, volando lejos mientras que Barbara se hacia presente a cada instante. 
-Barbara por Dios! Que crees que estas haciendo? -Le dije un poco exaltado 
-Nada de lo que te incumba, estoy aquí por una razón y mientras no sepa por que te quiero lo mas lejos de mi! Me oíste? -Me dijo tomando mi barbilla en su mano. Nuestras miradas chocaron y yo sabia que Barbara no quería eso. 
La tome por la mano donde me tenia sujetado ella, la acerque a mi hasta que nuestros cuerpos estaban juntos, donde los dos repitamos el mismo aire y fue ahi cuando Barbara bajo esa guarda de mujer dominante que se traía, la acerque aun mas hasta que nuestras narices se estaban tocando. La mire en los ojos y supe exactamente lo que quería. 
Me di por vencido y cerre el espacio entre nosotros. Le di un beso. Uno solo pero con el dijimos mas de mil palabras, con ese simple besos todos los miedos, todas las dudas, toda la ira desapareció al menos por ese instante nada de eso existía, solo Barbara y yo. 
Labios con labios, lengua con lengua, dientes con dientes, la pasión de ese beso podia hacer temblar la tierra, ese tan solo beso era todo lo que necesitábamos, nuestras manos explorando nuestros cuerpos, buscando por ayuda por que si el mundo terminaba en ese instante no nos importaría. Estábamos juntos, eso, eso era todo lo que importaba en ese momento. 
-Santos -Me dijo ella empujando, separándose del beso 
-No -Me dijo ella, jadeando por aire
-No? -Le dije yo, casi en susurro. 
-No, no es justo para la güera oxigenada -Me dejo catatonico.. No podia creer que ella estuviera diciendo que no a un beso y en especial que digiera que no por Christina.
-Solo por que regrese no significa que eh regresado por ti, o que mis sentimientos siguen vivos por ti -Me decía pero no me miraba a los ojos 
-Barbara yo.. -Le dije acercándome, pero ella me dio la vuelta parada atrás de mi espalda con los brazos cruzados 
-Ahorreselo doctorcito, nosotras nos quedaremos en este hotel hasta que logremos resolver este problema.
-Puedo hablar con Christina -Le pregunte 
-No. Desde en la mañana no hemos hablado. Lo ultimo que hablamos fue el cambio de cabello y ropa, y luego desapareció 
-Como que desapareci?? -Le dije preocupado, podia sentir como mi corazón se iba a salir de mi pecho. 

viernes, 16 de mayo de 2014

Sentimientos Al Aire

Podia sentir como mi corazón de agitaba cada vez que pensaba que Barbara estaba viva de alguna forma. Que la tenia frente a mi, que podría sentir sus besos, sus caricias y sin embargo no era ella. Era otra persona de la cual también estaba enamorado. 

martes, 6 de mayo de 2014

Un Cuerpo, Dos Personas.

Pero...  
Pero eso no era lo suficiente para que mis sospechas se pudieran hacer realidad, después de todo eran solo... sospechas. Y hasta no tener pruebas que era ella podia poner todo en riesgo. No sabia como Christina podría reaccionar si pensaba que ella era Barbara. 
Deje el momento y las ideas las trate de desaperecer de mi mente confusa. 
En ese mismo instante todo lo que me tenia que preocupar era hacer feliz a Christina, por que ella era mi presente y seguramente seria mi futuro. Barbara ya era nada mas que un fantasma de mi pasado, un recuerdo lindo y una promesa que no pude cumplir. Así que decidí cambiar la canción y seguir bailando, le conté un par de historias un poco cómicas para hacerla reír y funciono. Dios! Que hermosa se veía cuando sonreía.  Después de un rato cenamos, todo iba de maravilla. Sin duda alguna era una noche especial y nada lo podría arruinar. 
-Santos muchas gracias por esto -Me dijo Christina con un tono bajo y sonando un poco seductora. No creo que se haya dado cuenta que lo estaba haciendo, era algo natural en ella, era sensual pero no grotesco. Creo que era algo en sus ojos, esos ojos azules me traían loco. Me podia perder en ellos. Oh tal vez su caminar. Todo en esta mujer me volvía loco. 
Después de un rato de bailar, salsa, rumba y hasta un poco de tango nos quedamos bailando lento, pegados uno al otro, moviéndonos al mismo tiempo, escuchando nuestros corazones latir, una cosa nos llevo a otra y sin darnos cuenta nos besamos, pero esta vez fue diferente, esta vez el beso no estaba lleno de esa pasión insaciable pero estaba lleno de ternura y deseo, lo que sentíamos por el otro se podia sentir en ese simple beso. 
Fue entonces cuando senti a Christina, su cuerpo pesado como una pluma, su cuerpo recargado en el mío, los dos nos derrumbamos al piso. 
Christina se había desmayado en mis brazos. Pero como era esto posible si segundos atrás ella estaba bien, que con un simple beso le hubiera pasado. 
-Christina despierta, Christina!! -Le decía mientras la sujetaba por los brazos y la movía tratando de hacerla reaccionar. 
-Mi vida despierta -La preocupación que sentía en ese instante no la había sentido en tanto tiempo, la culpabilidad, todos los sentimientos que sentía me hacían estremecer y aun así no había nada que yo pudiera hacer. Christina no respondía a nada. 
-Dios que eh hecho! -Mientras colocaba mis manos cubriendo mis ojos que parecían dos cascadas con tantas lagrimas. Estaría muerta? 
Fue entonces cuando Christina se empezó a recobrar su sentido, se enderezo donde la había dejado en el piso. 
-Santos? -Me dijo mientras se llevaba una mano a la cabeza
-Christina! -Dije yo, tomándola en mis brazos después de limpiarme las lagrimas
-Santos? -Me dijo una vez mas sorprendida. 
-Estas bien? Christina que gran susto me acaba de dar -Le dije mientras la tenia abrazada
-Santos.. Escuchame -Me dijo sonando mas seria, y empujando me, fue ahi cuando la vi, cuando vi sus ojos, el tono de su voz lo reconocía pero no era el de Christina. Era diferente 
-Barbara? -Le pregunte casi catatonico. 
No me contesto.. 
-Christina? 
No me contesto una vez mas.
-Me puedes responder algo? Habla no te quedes callada -Le dije levantando me de donde estaba sentado. 
No repuesta. 
-Me estas preocupando -Mi cara tenia un ceño bien fruncido, era obvio que me molestaba la situación. 
Silencio otra vez. 
-No se como explicarlo -Me dijo Christina. 
-No soy la unica en mi cuerpo -Me dijo sonando super seria. 
Mi cara cambio de aquel ceño a una cada de sorpresa, que era lo que estaba pasando. Que me había perdido, que estaba pasando enserio con Christina?
-Hay doctorcito por que no quita esa cara -Me dijo Christina, sonando tan parecida a Barbara. Pero congo era esto posible. Como podia sere Barbara y Christina al mismo tiempo?
-Barbara? -Le dije acercándome para poder obtener una mejor vista de quien quiera que fuera. 
-Tanto tiempo te llevo para darte cuenta? -Me dijo, levantándose y cruzando los brazos. 
-Ah? Que? -Le dije dando vueltas en el mismo lugar, todo esta demasiado confuso. 
-Que hay que entender? Christina y yo estamos compartiendo su cuerpo.
-Corrección Barbara uste a tomado mi cuepor sin preguntar -Se decia ella mismo, sonando mas como Christina 
-Bueno rubia oxigenada tendras que aprender a compartir. Por que de aquí no me voy sin lo que quiero -Se decía a ella misma, mientras se llevaba las manos a las caderas. 
Dios que estaba pasando. Por que estaba Barbara dentro del cuerpo de Christina. 
Todo se quedo en silencio y después de un rato vi como Barbara/Christina se me acechaba. Me tomo por la chaqueta y muy molesta me dijo 
-Santos Luzardo ere un desgraciado - Me dijo, acercadose tanto a mi que podíamos respirar el mismo aire, nuestros labios casi tocandose; era como una reincia lo que hacia, probocandome pero sin darme nada, aun así podia ver su cara de molestia 
-Linda cena bajo la luna, las estrellas la que le preparaste ala rubia oxigenada -Me dijo
-Y o que pense que este lugar era especial para nosotros -Creo que a Barbara no le había gustado el hecho que la cita que tenia con Christina fuera en el lugar donde alguna vez le había enseñado a bailar a ella. 
En que lio me acaba de meter, como iba yo poder ayudar a Christina. 
Y como me iba a poder ayudar yo mismo si mi peor pesadilla se acaba de convertir en realidad, mi pasado y mi presente juntas, en un solo cuerpo. Una sola mente, dos personalidades diferentes, dos mundos diferentes y aun así no podia dejar de amarlas a las dos. 
Podia sentir como mi corazón de agitaba cada vez que pensaba que Barbara estaba viva de alguna forma. Que la tenia frente a mi, que podría sentir sus besos, sus caricias y sin embargo no era ella. Era otra persona de la cual también estaba enamorado.