Ya habían pasado mas de dos horas y aun estábamos discutiendo lo que había pasado de regreso en el Arauca. Christina le explico lo que había pasado aquella noche en el llano y como no podia controlar su cuerpo cada vez que Barbara aparecía. La Dra. Margil parecía no entender nada de lo que pasaba, sin importar como lo explicáramos nada le parecía tener sentido.
Todo este tiempo que los tres estuvimos hablando y tratando de encontrar una solución Christina y la Dra. Margil estuvieron compartiendo miradas, había algo detrás de esas miradas que ocultaban algo. Llámenme loco pero lo podia sentir. No fue mucho después de que compartieron esas miradas que la Dra. Margil se levanto de su escritorio y se nos acerco
-Christina creo que es tiempo que hablemos sobre tu pasado -Le dijo ella muy seria y fría, la cara que Christina puso al escuchar estas palabras están tatuadas en mi mente,
-Angela quedamos que nunca tocaríamos ese tema -Dijo Christina levantando de su asiento, estaba exaltada, esto era algo que no me esperaba, que ocultaba
-Christina es necesario, no pensé que llegaríamos a esto
-Pero.. Pero es que me da miedo -Dijo con su voz quebrándose un poco
-Es necesario Christina, si no lo fuera no te lo estaría sugiriendo, siendo tu doctora creo y pienso que es lo justo y necesario en estos instantes.
-Pero y ¿Si logro recordar algo malo? -En ese instante solo me podia imaginar a Christina como una niña pequeña, con miedo, frágil e insegura,
-Christina ya es hora de saber tu pasado, tal vez de alguna forma o otra podemos encontrar la razón
de porque la señorita Barbara Guimaran a decido apoderarse de tu cuerpo, no solo espiritualmente pero por tu look físicamente también.
de porque la señorita Barbara Guimaran a decido apoderarse de tu cuerpo, no solo espiritualmente pero por tu look físicamente también.
No tomo mas para convencer a Christina que accediera.
Sin darnos cuenta Christina estaba bajo sinopsis
-Okay Christina, vamos hablar de tu infancia, dime que puedes recordar.
Christina con sus ojos cerrados y con vos muy baja
-Estoy en un barco pero no puedo ver nada, esta oscuro. No! Es de noche
-Muy bien, dime vez a alguien contigo? Trata de darnos detalles de todo lo que vez
-Veo a una mujer, tiene dos trenzas con pelo negro, su piel morena. Hay unos hombres y botellas de alcohol por todos lados. Dios! Alguien viene
-Tranquila Christina recuerda que nadie te puede hacer daño, vamos a tratar de recordar algo mas, trata de recordar sobre tu juventud, que puedes ver Christina
-NO! NO! NO! -Dice Christina exaltada, aun con sus ojos cerrados y casi brincando de donde estaba sentada, cuando derrepente se levanta tirando la mesa y la lampara que estaba en la mesa junto al sofa donde ella estaba sentada. Sin darnos cuenta Christina sale corriendo del despacho de Angela.
Sin pensarlo dos veces salgo detrás de ella.
-CHRISTINA!!! CHRISTINA ESPERA -Le grito pero por mas fuerte que corro no logro alcanzarla, minutos después la Dra. Margil aparece por detrás
-Santos dale unos minutos, ya regresara -Me dice dándome unas palmadas en la espalda
-Vamos, regresemos a mi oficina que tu y yo aun tenemos que hablar -Sin pensarlo mas nos regresamos.
No puedo dejar de pensar en Christina, sus gritos eran de dolor, de ira, que habra visto que la puso tan mal. Creo que hablamos por una hora o por ahi y Christina no volvía, yo por otra parte no lograba concentrarme en lo que la doctora me pregunta
-Vamos Santos, concentrate, esto es importante si quieres ayudar a ambas.
-Lo siento Dra. Margil pero esto es mas complicado de lo que pensé, ya paso una hora y Christina no vuelve, creo que tengo que ir por ella -Le dije levantandome de la silla y caminando hacia la puerta sin esperar una respuesta.
Después de buscar a Christina por todas partes al fin la encontré, acurrucada en una esquina del sanatorio, su espalda contra la pared y su cara en medio de sus rodillas, juraria que en ese instante era Judith a quien estaba viendo y no a Christina, reconocía esa reacción por que así era como Judith reaccionaba cada vez que Maricela y yo peleábamos, no me iba a quedar parado ahi sin decir o hacer nada sabiendo que tal vez lo que mas necesitaba Christina era un abrazo.
Sin ser muy brusco me puse de rodillas y puse mis brazos alrededor de Christina
-Shhh. Tranquila, tranquila shhhh -Le dije mientras la abraza, cuando derrepente sentí sus brazos alrededor de mi cuello y su mejilla mojada, estaba llorando desconsoladamente
-Santos -Casi hablando, -Fue horrible Santos -Me dijo enterrando sus manos en mis hombros al recordar una vez mas
-Santos recuerdo todo, recuerdo quien soy, como llegue aquí, recuerdo mi pasado y se que esta haciendo Barbara Guimaran en mi cuerpo.
El silencio se apodero de los dos, ninguno dijo una sola palabra, nos quedamos viendo frente a frente, compartiendo el mismo aire, compartiendo el mismo ritmo de nuestros corazones.
Lo que estaba por venir nunca nadie se lo habia imaginado.
-Okay Christina, vamos hablar de tu infancia, dime que puedes recordar.
Christina con sus ojos cerrados y con vos muy baja
-Estoy en un barco pero no puedo ver nada, esta oscuro. No! Es de noche
-Muy bien, dime vez a alguien contigo? Trata de darnos detalles de todo lo que vez
-Veo a una mujer, tiene dos trenzas con pelo negro, su piel morena. Hay unos hombres y botellas de alcohol por todos lados. Dios! Alguien viene
-Tranquila Christina recuerda que nadie te puede hacer daño, vamos a tratar de recordar algo mas, trata de recordar sobre tu juventud, que puedes ver Christina
-NO! NO! NO! -Dice Christina exaltada, aun con sus ojos cerrados y casi brincando de donde estaba sentada, cuando derrepente se levanta tirando la mesa y la lampara que estaba en la mesa junto al sofa donde ella estaba sentada. Sin darnos cuenta Christina sale corriendo del despacho de Angela.
Sin pensarlo dos veces salgo detrás de ella.
-CHRISTINA!!! CHRISTINA ESPERA -Le grito pero por mas fuerte que corro no logro alcanzarla, minutos después la Dra. Margil aparece por detrás
-Santos dale unos minutos, ya regresara -Me dice dándome unas palmadas en la espalda
-Vamos, regresemos a mi oficina que tu y yo aun tenemos que hablar -Sin pensarlo mas nos regresamos.
No puedo dejar de pensar en Christina, sus gritos eran de dolor, de ira, que habra visto que la puso tan mal. Creo que hablamos por una hora o por ahi y Christina no volvía, yo por otra parte no lograba concentrarme en lo que la doctora me pregunta
-Vamos Santos, concentrate, esto es importante si quieres ayudar a ambas.
-Lo siento Dra. Margil pero esto es mas complicado de lo que pensé, ya paso una hora y Christina no vuelve, creo que tengo que ir por ella -Le dije levantandome de la silla y caminando hacia la puerta sin esperar una respuesta.
Después de buscar a Christina por todas partes al fin la encontré, acurrucada en una esquina del sanatorio, su espalda contra la pared y su cara en medio de sus rodillas, juraria que en ese instante era Judith a quien estaba viendo y no a Christina, reconocía esa reacción por que así era como Judith reaccionaba cada vez que Maricela y yo peleábamos, no me iba a quedar parado ahi sin decir o hacer nada sabiendo que tal vez lo que mas necesitaba Christina era un abrazo.
Sin ser muy brusco me puse de rodillas y puse mis brazos alrededor de Christina
-Shhh. Tranquila, tranquila shhhh -Le dije mientras la abraza, cuando derrepente sentí sus brazos alrededor de mi cuello y su mejilla mojada, estaba llorando desconsoladamente
-Santos -Casi hablando, -Fue horrible Santos -Me dijo enterrando sus manos en mis hombros al recordar una vez mas
-Santos recuerdo todo, recuerdo quien soy, como llegue aquí, recuerdo mi pasado y se que esta haciendo Barbara Guimaran en mi cuerpo.
El silencio se apodero de los dos, ninguno dijo una sola palabra, nos quedamos viendo frente a frente, compartiendo el mismo aire, compartiendo el mismo ritmo de nuestros corazones.
Lo que estaba por venir nunca nadie se lo habia imaginado.