domingo, 29 de junio de 2014

Recordando

Ya habían pasado mas de dos horas y aun estábamos discutiendo lo que había pasado de regreso en el Arauca. Christina le explico lo que había pasado aquella noche en el llano y como no podia controlar su cuerpo cada vez que Barbara aparecía. La Dra. Margil parecía no entender nada de lo que pasaba, sin importar como lo explicáramos nada le parecía tener sentido.
Todo este tiempo que los tres estuvimos hablando y tratando de encontrar una solución Christina y la Dra. Margil estuvieron compartiendo miradas, había algo detrás de esas miradas que ocultaban algo. Llámenme loco pero lo podia sentir. No fue mucho después de que compartieron esas miradas que la Dra. Margil se levanto de su escritorio y se nos acerco 
-Christina creo que es tiempo que hablemos sobre tu pasado -Le dijo ella muy seria y fría, la cara que Christina puso al escuchar estas palabras están tatuadas en mi mente, 
-Angela quedamos que nunca tocaríamos ese tema -Dijo Christina levantando de su asiento, estaba exaltada, esto era algo que no me esperaba, que ocultaba 
-Christina es necesario, no pensé que llegaríamos a esto 
-Pero.. Pero es que me da miedo -Dijo con su voz quebrándose un poco 
-Es necesario Christina, si no lo fuera no te lo estaría sugiriendo, siendo tu doctora creo y pienso que es lo justo y necesario en estos instantes. 
-Pero y ¿Si logro recordar algo malo? -En ese instante solo me podia imaginar a Christina como una niña pequeña, con miedo, frágil e insegura, 
-Christina ya es hora de saber tu pasado, tal vez de alguna forma o otra podemos encontrar la razón
de porque la señorita Barbara Guimaran a decido apoderarse de tu cuerpo, no solo espiritualmente pero por tu look físicamente también. 
No tomo mas para convencer a Christina que accediera. 
Sin darnos cuenta Christina estaba bajo sinopsis
-Okay Christina, vamos hablar de tu infancia, dime que puedes recordar.
Christina con sus ojos cerrados y con vos muy baja
-Estoy en un barco pero no puedo ver nada, esta oscuro. No! Es de noche
-Muy bien, dime vez a alguien contigo? Trata de darnos detalles de todo lo que vez
-Veo a una mujer, tiene dos trenzas con pelo negro, su piel morena. Hay unos hombres y botellas de alcohol por todos lados. Dios! Alguien viene
-Tranquila Christina recuerda que nadie te puede hacer daño, vamos a tratar de recordar algo mas, trata de recordar sobre tu juventud, que puedes ver Christina
-NO! NO! NO! -Dice Christina exaltada, aun con sus ojos cerrados y casi brincando de donde estaba sentada, cuando derrepente se levanta tirando la mesa y la lampara que estaba en la mesa junto al sofa donde ella estaba sentada. Sin darnos cuenta Christina sale corriendo del despacho de Angela.
Sin pensarlo dos veces salgo detrás de ella.
-CHRISTINA!!! CHRISTINA ESPERA -Le grito pero por mas fuerte que corro no logro alcanzarla, minutos después la Dra. Margil aparece por detrás
-Santos dale unos minutos, ya regresara -Me dice dándome unas palmadas en la espalda
-Vamos, regresemos a mi oficina que tu y yo aun tenemos que hablar -Sin pensarlo mas nos regresamos.
No puedo dejar de pensar en Christina, sus gritos eran de dolor, de ira, que habra visto que la puso tan mal. Creo que hablamos por una hora o por ahi y Christina no volvía,  yo por otra parte no lograba concentrarme en lo que la doctora me pregunta
-Vamos Santos, concentrate, esto es importante si quieres ayudar a ambas.
-Lo siento Dra. Margil pero esto es mas complicado de lo que pensé, ya paso una hora y Christina no vuelve, creo que tengo que ir por ella -Le dije levantandome de la silla y caminando hacia la puerta sin esperar una respuesta.
Después de buscar a Christina por todas partes al fin la encontré, acurrucada en una esquina del sanatorio, su espalda contra la pared y su cara en medio de sus rodillas, juraria que en ese instante era Judith a quien estaba viendo y no a Christina, reconocía esa reacción por que así era como Judith reaccionaba cada vez que Maricela y yo peleábamos, no me iba a quedar parado ahi sin decir o hacer nada sabiendo que tal vez lo que mas necesitaba Christina era un abrazo.
Sin ser muy brusco me puse de rodillas y puse mis brazos alrededor de Christina
-Shhh. Tranquila, tranquila shhhh -Le dije mientras la abraza, cuando derrepente sentí sus brazos alrededor de mi cuello y su mejilla mojada, estaba llorando desconsoladamente
-Santos -Casi hablando, -Fue horrible Santos -Me dijo enterrando sus manos en mis hombros al recordar una vez mas
-Santos recuerdo todo, recuerdo quien soy, como llegue aquí, recuerdo mi pasado y se que esta haciendo Barbara Guimaran en mi cuerpo.
El silencio se apodero de los dos, ninguno dijo una sola palabra, nos quedamos viendo frente a frente, compartiendo el mismo aire, compartiendo el mismo ritmo de nuestros corazones.
Lo que estaba por venir nunca nadie se lo habia imaginado. 

jueves, 12 de junio de 2014

Chicago, Chicago

Lo recuerdo como si fuera ayer. Y ahora.. ahora ella estaba perdida, pero no podia dejar de pensar en ese día.
Los recuerdos de ese día volaban por mi cabeza una y otra vez. 
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-Desea algo mas para tomar señor? -Me pregunta la mesera con papel y lápiz, lista para tomar mi orden si era necesario.
-No no así estoy -Le dije sonriendo.
-Muy bien, entonces ya le traeremos su orden no tomara mas de veinte minutos -Me dijo ella brindándome una sonrisa dulce antes de partir. 
Me quede mirando por la ventana, mirando a la gente pasar. Esta era la primera vez que salía de la clinica en meses y habia ido a parar a un centro comercial. Después de unas cuantas horas de caminar por el centro decidí que comería algo y luego regresaría a la clínica, aun que me habían dado todo el día no quería aprovecharme de la oportunidad. Ademas estando yo solo no había mucho que hacer. 
Fui ahi cuando la vi pasar. 
Vestia una blusa roja que dejaba el descubierto sus hombros acompañada de un par de pantalones de mesclilla negros, su piel tan blanca como las nubes del cielo y su pelo, su pelo era rubio! Rubio? Pero si Barbara tenia pero castaño no rubio. 
Sin esperar mas, me levante de la mesa y me sali del restaurante, trate de caminar lo mas rapido que pude y me le acerque. 
-Barbara -Le dije tomándola por el brazo izquierdo y volteándola para verla a los ojos.
En ese momento podia sentir como la sangre subía a mi cabeza, mi corazón palpitaba como nunca antes, mi respiración casi eufórica. 
Esos ojos azules se abrieron en forma de sorpresa y un sonrisa grande acompañada de una voz dulce me respondieron 
-Disculpe señor pero creo que me ah confundido. Yo no me llamo Barbara -Me dijo mientras me escaseaba de arriba a abajo pero ni retirar su brazo de mi mano. 
Podia ver como su pecho se movia rapidamente, su respiración rapida y pesada. 
La solte y tomando unos cuantos pasos hacia atrás le dije muy apenado 
-Disculpeme señorita es que su parecido es inevitable -Le dije bajando la mirada, que vergüenza pero es que eran tan parecidas que cualquiera pensaría que era Barbara. 
La hoven me brindo una dulce sonrisa 
-No se preocupe señor, nos suele pasar -Extendiendo su mano derecha frente mi 
-Mi nombre es Christina Carvajal, mucho gusto -Me dijo mientras esperaba a que yo le tomara la mano, me quede congelado lo único que lograba hacer era mirar su mano y mirarla a ella. 
-Ande señor que no muerdo! Tome mi mano -Me dijo en medio de una carcajada 
Le tome la mano como ella podio y le di un pequeño apretón 
-Mucho gusto señorita Carvajal, me llamo Santos, Santos Luzardo para su servio -No pude evitar así que me agache un poco y con su mano sobre la mía le di un pequeño sobre su mano. 
Christina no pudo evitar sonrojarse y rápidamente retiro su mano de la mia 
-Por favor llameme Christina, que me diga señorita me hace sentir muy avejentada -Me dijo con una sonrisa 
-Muy bien Christina -Le dije asentando con la cabeza. 
Me sentia tan comodo con ella, a pesar que nos habíamos conocido hacia unos segundos sentía como si la conociera de toda la vida. Y ella se miraba muy cómoda conmigo.
Después de unos segundos de silencio decidí romper el hielo
-La podría invitar por un cafe o algo? -Le pregunte mientras movía mi dedo el círculos 
-No, lo siento Santos pero ya voy tarde hacia mi junta.. -No pude evitar sentirme rechazado en ese instante 
-Oh, bueno no le quito mas su tiempo -Le dije mineras colocaba mis manos adentro de las bolsas de enfrente de mi pantalón, justo cuando estaba por tomar un paso 
-Eaaa! Para! Yo no dije que no podríamos otro tiempo, -Saco una tarjeta de su cartera 
-Toma, ahi esta mi numero de teléfono, no se dame una llamada o algo -Me dijo mientras sonreía 
-Te acabo de conocer Santos Luzardo pero hay algo en ti que me da confianza -Se acerco, me dio un beso en la mejilla y se fue. 
No dije mas y me quede ahi parado 
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-Santos estas bien? -Me pregunto Barbara haciéndome regresar en mi.
-Ehh si, nada mas me acorde de algo -Le dije, no queria entrar a mas detalles.
No discutimos mas, lo que pasaría ya estaba decidido y no hacia falta hablarlo mas. 
Al dia siguiente partimos para la capital para ir a el aeropuerto mas cerca y marcharnos a Chicago a que la Dra. Margil nos ayudara a asentar cabeza y ayudarnos encontrar una solución a todo este relajo que se había armado.
Barbara no podia ocultar lo nerviosa que estaba y en especial por que el vuelo era cerca de doce horas. Pero nunca dijo que no. Se izo la independiente y no me dejo que la ayudara en nada. Claro si era Doña Barbara Guimaran y ella no es débil. 
-Buenos dias señores, hoy viajan juntos? -Nos dijo la señorita que cuidaba la linea para abordad
-No! -Dijo Barbara rapido pero se quedo pensando 
-Bueno si, pero no estamos casados ni nada -Algo le molestaba a Barbara
La joven se sonrío y siguió con su trabajo 
-Esta bien, puedo ver su pasaje de vuelo y su pasaporte por favor -Barbara le accedió el pasaporte de Christina y su pasaje, parecía que Barbara se comeria la pobre señorita con sus ojos, se le notaba lo nerviosa
-Ah me encanta como trae el cabello ahora -Le dijo la joven regresándole el pasaje
-Señor puedo ver el suyo también por favor -Me dijo, mirándome a mi, se lo y segundos después me lo regreso 
-Muy bien ya están listos para abordar, que tenga un buen viaje -Nos dijo la joven sonriendo y abriéndonos camino para pasar. 
Después de eso todo fue como el protocolo de cada viaje lo sugiere, después de que el avión despejo Barbara se calmo hasta que al fin se quedo dormida; poco después y también me quede dormido. 
En el en medio del vuelo me desperte para darme cuenta que Barbara no esta en su haciendo. ¿Hacia cuanto que no estaba? 
Me levante para ver a todos lados y no la vi, se me ocurrió que estaba en el baño, y como ya sabemos todas las mujeres se tardan eternidades en un baño. Yo no se en realidad que tanto hacen pero se tardan mucho. 
Después de que pasaron unos cuantos minutos decidí ir a ver si todo estaba bien. No había nadie mas haciendo linea y el baño decía que estaba ocupado así que tenia que ser ella 
Toque en la puerta tres veces y nada 
-¿Barbara estas bien? -Le pregunte
*Silencio*
-¿Barbara?
*Silencio* 
-Barbara si no me abres la puerta tu la abro yo! -Le dije, no que lo fuera hacer en realidad pero necesitaba que me abriera de una forma o otra. 
Pero no paso nada.
-¿Christina? ¿Christina estas bien? -Al fin pude escuchar movimiento en el baño. 
Christina había regresado! Tenia que ser buena señal 
Derrepente la puerta se abrió. Me tomo por la camisa y me llevo hacia adentro del pequeño baño.
-Santos que estamos haciendo en un avión? -Me pregunto limpiándose el maquillaje corrido, había estado llorando 
-Christina! ¿Eres tu? 
-Si Santos -Podia sentir su respiración caliente sobre mi cuello. No es broma ese baño era demasiado pequeño.
-Christina vamos hacia Chicago para que la Dra. Margil nos ayude con esto -Le dije
-¿Pero y si no se arregla Santos? -Me dijo mientras una nueva lagrima se deslizaba por su mejilla.
-Entonces buscaremos a alguien mas -La abrace por que sentí que eso era lo que ella necesitaba en ese momento. Pude sentir com ella me abrazo mas fuerte, pude sentir como sus dedos penetraban mi piel,
-¿No te da gusto verme así igual que ella. Misma vestimenta, mismo color de pelo? Se que pasaron tiempo solos mientras que yo no podia tener ni ejercer ningún tiempo sobre mi cuerpo. Dime Santos ¿paso algo entre ustedes? Algo que yo debería saber. Por que si paso necesito enterarme -Me dijo casi susurrando las ultimas palabras.
-No Christina, no paso nada, Barbara ah respetado tu cuerpo y yo no me voy a aprovechar de la situación! -Me parecía estúpido que pensara así, pero no la culpo.
Me dio un beso, se volvió hacia el espejo, se arreglo y se salió del baño sin decir nada. 
El resto del vuelo fue tranquilo. 
Pero no había señal de Barbara. 
Una vez que aterrizamos en Chicago y teníamos todo nos fuimos al apartamento de Christina, no quiso que nos quedáramos en un hotel. 
El resto del dia se la paso durmiendo así que decidí no molestarla y dejarla descansando. 
El dia siguiente fue de locos. 
Teníamos una cita con la Dra. Margil a las ocho de la mañana y el trafico de la cuidad estaba haciendo el llegar imposible. Christina estaba irritada, y yo molesto por estar atrapados en el trafico. Hasta que alfil logramos llegar. Veinte minutos tarde por supuesto. 
-Santos! -Me saludo de beso y abrazo 
-Doctora gusto en verla, aun que no bajo estas circunstancias -No me había dado cuenta en lo bella que era. Christina tosió un poco 
-Doctora ella es Christina Carvajal, mi novia -No sabia se averla introducido así era lo mejor pero era verdad. Christina aun era mi novia. 
Christina tendió la mano y se acerco para darle un beso en la mejilla
-Mucho gusto Dra. Margil 
Una vez que se dejaron de saludar todo se puso en un frío silencio
-Bueno hay que pasar a mi oficina no les parece? 
-Claro -Christina y yo dijimos al mismo tiempo. 

miércoles, 11 de junio de 2014

Buscando Soluciones

-Como que desapareció?? -Le dije preocupado, podia sentir como mi corazón se iba a salir de mi pecho. 
-Barbara, están compartiendo cuerpo de ninguna manera puede Christina desaparecer así por así -Le dije, me estaba exaltando, mi corazón latía cada vez mas fuerte y mi sangre subía a mi cerebro. 
Barbara parecia vacía, con la mente en blanco, que estaba pasando?
-Santos, si esto fuera fácil de explicar y de vivir créeme que me encantaría pero no lo es! No eres el único que no puede entender lo que esta pasando! -Me decía, Barbara parecía molestad, alterada y preocupada; esta ola de emociones y sentimientos cada vez se complicaba cada vez, algo nuevo aparecía día a día, necesitaba hablar sobre esto con la Dra. Margil. Barbara me saco del trance en el que había entrado 
-Y ni se te ocurra hablar de esto con nadie Santos Luzardo, esto es entre nosotros y solo nosotros tenemos que solucionarlo -Me decía apuntando con su dedo. 
-Barbara necesitamos ayuda, necesitamos solucionar esto y rápido; no sabemos que pueda pasarle a Christina si ustedes se quedan así por mucho tiempo -La idea de perder a Christina me estaba empezando a agobiar. No lo había pensado antes. 
Babara no dijo nada, pero le vi el cambio de actitud, estaba mas tranquila, mas pasiva y preocupada. Lo que fuera que el destino tenia preparado para nosotros, nosotros no estábamos listo para el. O al menos yo. 
Barbara caminaba de lado a lado en el cuarto, me estaba empezando a imaginar que le abriria un oyo al piso de tanto que se movia. Parecia estar pensado algo, era claro que tenia una idea pero que? Barbara podia ser peligrosa, sus palabras venenosas como las de una serpiente, sus acciones rápidas como una tigresa, aun estando en otro cuerpo que no fuera el de ella, su esencia, su persona no se perdía. Yo podría reconocer a Barbara hasta si estuviera en el cuerpo de un hombre. 
Derrepente para y con el dedo de la mano 
-Tengo una idea -Dice con una sonrisa en el rostro 
-Pero no se si funcione -Dice con un pequeño ceño en el rostro 
No era necesario que digiera algo mas, su idea podia tener consecuencias peligrosas y ella lo sabia, aun así quería saber que era su idea, escucharla hablar, escuchar como se expresaba me llevaba de regreso años atrás cuando ella estaba viva, su voz me podia envolver y me podia embobar, era como una dulce melodía y no me importaba que lo que digiera yo la quería escuchar para toda la vida. 
-Tengo que hablar con el socio -Dijo ella mirando me a los ojos, ella sabia que yo no creía en el "socio" para mi eso es solo una tontería que ella inventaba. 
-Barbara, estoy seguro que podemos encontrar una mejor solución que hablar con "el socio" - Se lo dije en tono de burla y pude notar como le molesto pero no me importo ella sabia que yo no creía en nada de su magia negra, ni nada de eso. 
-Bueno doctoricito de cuarta entonces que sugiere usted gran experto de ideas magnificentes -Me dijo Barbara con su tono descarado casi en forma de burla. 
-Bueno se me ocurre que podemos llamar a la doctora Margil y viajar a Chicago -La expression de Barbara dejaba en claro que mi idea no le habia parecido 
-Ah.. Ah Chicago -Barbara tutibio mientras decía esto, algo la exaltaba 
-Si Barbara ahi fue donde recibí mi tratamiento -Le dije mientras me acercaba a ella. Barbara levanto la cabeza, como si estuviera confusa  la mirada de sus ojos dejaba mucho que desear, la sensación que me hacia sentir con sus ojos me lastimaba 
-Tratamiento? De que hablas Santos? -Me dijo ella un poco mas calmada 
-Barbara cuando me entere de tu muerte.. -La voz se me quebraba aun no estaba listo para hablar de esto pero lo debía de hacer; tarde o temprano lo tendría que afrontar. 
-Y de tu entierro me perdi, me perdi en mi propia mente, los fantasmas, TU fantasma de perseguia noche y dia, la culpa de haberte alejado de mi, de no haber sido mas fuerte, de haberme enamorado de Marisela me agobiaban perdi la razón  Se que soy un idiota por todo lo que hice por lo que te hice a ti y la culpa no me dejo vivir. Termine internado en un hospital psiquiátrico y después en una clínica de recuperación por que trate de acabar con migo mismo, me perdí en la depresión -Podia ver las lagrimas recurrir el rostro de Barbara
-Y fue ahi donde conocí a la Dr. Margil, ella fue mi doctora y paso a paso me ayudo a recuperar, luego conocí a Christina y no se como pero me escape de la clínica y regrese acá y volvía recaer; hasta que finalmente logre recuperarme y logre salir con el permiso de la doctora, se que odias los aviones pero Barbara yo tengo fé que ella nos podrá ayudar -Finalmente la tome de las manos, Barbara estaba fría, parecía un cubo de hielo, paralizada completamente, 
-Santos yo..Yo nunca pensé que te fuera a afectar mi muerte así -Me dijo, tomando unos cuantos pasos hacia mi, hasta que pude sentir su cabeza recargada en mi pecho, podia sentir su respiración, podia sentir el aroma de su cabello. Olía a jazmín, me encantaba tenerla entre mis brazos. 
-Pero paso Barbara y gracias a eso ahora veo el mundo mejor -Le dije dandole un apretón entre mis brazos. 
-Ahora para de llorar y dime si estas de acuerdo con viajar a Chicago y arreglar todo este problema -Le dije mientras la tomaba en mis manos por sus brazos y la miraba 
-Tienes que hablar de eso con Christina Santos, este no es mi cuerpo -Me dijo
-Barbara por Dios! -Me molesto un poco que reaccionara así, después de todo acababa de cambiarle el estilo por completo a Christina y todavía le preocupaba si Christina estaría bien con viajar a Chicago 
-Estas hablando enserio? -Le dije 
-Me estas diciendo que no puedes viajar en el cuerpo de Christina a Chicago para arreglar esto pero si puedes cambiar el look de ella? -No lo podia creer, Barbara se podia comportar como una niña caprichosa aveces. 
-Quien te crees que eras Santos Luzardo? No te has puesto a pensar que te dije que ella acepto el cambio de look? Viajar.. Viajar a otro país es diferente -Me dijo ella, mi reacción la había molestado. 
Cuando la vi reaccionar así fue que caí en cuenta. Claro unas horas antes Barbara me había dicho que Christina había accedido al cambio. ¿Donde estaba Christina?
Ya habían pasado cerca de tres horas desde que Barbara y yo nos habíamos encontrado y no había ni una seña de Christina, que estaría pasando con ella. 
El recuerdo de cuando la conocí me vino a la cabeza. 
Ese dia. El dia en que aquella rubia hermosa se cruzo en mi camino de pura casualidad o tal vez el destino lo tenia decidido que fuera así.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Y ahora.. ahora ella estaba perdida, pero no podia dejar de pensar en ese día...