miércoles, 26 de marzo de 2014

Sorpresa

Una vez que llegamos una de las aeromozas me desperto, no senti el viaje. Si algo en mi había
cambiado eran mis hábitos de dormir, desde que empece el tratamiento dormia, largo y profundo. Ya no tenia pesadillas, ya no soñaba con Barbara, ni con nadie. Los sueños ya no eran parte de mi vida, no los necesitaba ni los quería. Del aeropuerto tome un taxi a San Fernando y luego el bote. Una vez que llegue al Arauca no podía creerlo, era como si el tiempo se hubiera detuvido, como si nada nunca hubiera pasado y yo nunca me hubiera ido. Como nadie sabia que regresaba decidí rentar un caballo y cabalgar hacia la hacienda. Cuando llegue no vi a nadie, ni los peones, ni Antonio, ni a mi tía Cecilia. Donde estaba todo el mundo?
Como no había nadie decidí meterme a bañar pero antes decidí ir a mi despacho, tome el telefono y llame. Una vez mas nadie me contesto. Era mas que claro que Christina no quería saber nada de mi y no había nada mas en este mundo que me lastimara mas que eso! Una vez que la tristeza se me paso decidí darle su tiempo, dejar de buscarla, después de todo ella buscaría por mi cuando estuviera lista.
Las horas pasaron y nadie de mi casa que llegaba, me estaba empezando a preocupar, pero decidi darles mas tiempo, también decidí que necesitaba ir a ver a Judith y arreglar mis diferencias con Marisela,
después de todo lo quisiéramos o no ella y yo estaríamos en contacto para el resto de nuestras vidas y era mejor si nos llevamos bien, no era bueno que Judith nos viera pelear todo el tiempo.
Me fui para el Miedo o la Barquereña como Marisela la llamaba ahora.
Grite y grite pero nadie salio. No podía entender que pasaba era como si el pueblo estuviera desierto, como si todo mundo hubiera abandonado el pueblo así derrepente.
Cuando regrese a Altamira todo parecia igual. Decidi que lo mejor era subir y desempacar todas mis cosas y acomodarme en mi habitación una vez mas.
Para mi sorpresa la mitad del pueblo estaba en mi sala. No lo podía creer.
-Santos, mi vida! -Me dijo mi tia Cecilia corriendo a abrazarme.
-Tia -Le dije soltando una carcajada -Que es esto? Yo los queria sorprender
-Si mi niño, yo se pero alguien mas lo izo antes de ti -Me decía mientras todos se habrían asiendo espacio para que alguien pasara pero no podía ver quien era.
-Quien tia? Les llamo la Dra. Margil -Le dije mientras la tomaba de las manos y saludaba a tos los demás que estaban cerca
-No -Dice una vos que casi casi estaba seguro que era... -Fui yo Santos Luzardo -Me di la vuelta y no podía creer lo. Era ella. Ella y nadie mas.
-Christina -Senti como el corazón se me salía del pecho. Ella corrió hacia mi. La abrace y sin darnos cuanta alguna nos besamos. Fue un beso dulce, suave, no cabia duda que ella sentia lo mismo que yo. Nos besamos hasta que todos en la sala empezaron a aplaudir. Nos abrazamos una vez mas, nos miramos y nos abrazamos una vez mas. Yo estaba sin palabras no podía creer que ella estaba aquí, yo pensé que todo ya estaba perdido sin embargo no era así. 
Mi tia Cecilia se nos acerco 
-Christina nos llamo por telefono ayer en la mañana y nos dijo todo, nosotros fuimos por ella y de la casa no a querido salir por que dice que alguien le prometio enseñarle el Arauca de su mano, así que ya sabrás -Me decía mi tía Cecilia mientras tomaba a Christina por el hombro y a mi también. 
-Pero Santos tu y yo tenemos que hablar -Me decía
-Ay Cecilia deja al pobre de Santos, va llegando y ya lo quieres agobiar -Le decía Antonio
-Dejala Antonio ya sabes como es ella -A mi me causaba gracia, ademas ya me imaginaba de que iba a querer hablar
-Vamos al despacho tia -Le dije señalando le el camino -Christina esperame aqui que tu y yo tenemos que hablar -Le dije dandole un beso en su mano antes de irme
Una vez en el despacho mi tia Cecilia empezó a hablar 
-Santos no me lo tomes a mal, me alegra verte así de feliz e ilusionado, pero no te parece un tanto macabro que salgas con una mujer que es la exacta copia de Barbara Guimaran, que solo el cabello y su forma de actuar es diferente? Christina se ve que es maravillosa pero mi niño se suponía que ibas al sanatorio a mejorarte y al parecer eso no paso. 
-Lo se tia, muchas veces me pregunte que estaba haciendo pero la Dra. Margil dijo que estaba bien, que mientras yo tenga bien presente que ella no es Barbara todo estará bien; yo ya acepte la muerte de Barbara y creeme me duele en lo mas profundo a verla perdido pero Christina es mi nueva oportunidad de amar y no la voy a dejar pasar! -Le dije un poco molesto 
-Pues si eso es lo que quieres. Nada mas no te tomes nada a la ligera -Me dijo mientras se iba del despacho. 
No podia creer que me estuvieran haciendo eso. Yo sabia y tenia muy claro que Christina no era Barbara. Que eran parecidas pero no la misma persona. 

martes, 25 de marzo de 2014

Nada Mas Que Decir

-Por la mirada de su cara algo me decía que no aceptaría, tal vez yo la estaba presionando demasiado
-Santos yo no se que decirte, es decir me encantaría poder ir a conocer Colombia y me encantaría poder conocerte aun mas y verte en tu habita pero mi trabajo… -Me dijo ella con
su cara triste y parecía decepcionada
-Dime que si, dime que te vienes con migo, ven con migo Christina, te has metido en mi piel, e has hecho parte de mi. No somos nada mas que amigos pero yo ahora te necesito para vivir. Dime que si, dime que vendrás por un tiempo -Le rogue y le rogue pero nada cambio 
-Lo siento Santos pero no puedo -Me dijo, tomando sus cosas y levantándose de la mesa
-Toma, este es tu pasaje y todo lo que necesitas para llegar a Colombia. El vuelo sale pasado mañana, lo dejare abierto y te estaré esperando. Espero que si vayas. -Tomo el vuelo y no dijo nada mas. Se acerco y me dio un beso en la mejilla, la vi secarse las lagrimas y la vi partir. 
=========================================================
No la vi, no me contestaba cada vez que llamaba era solo el contestador lo que me contestaba, era obvio que ella no vendría con migo, ya todo estaba perdido. 
Ese día antes de partir tuve una platica con la Dra. Margil 
-Santos estoy muy complacida con tu avance -Me decía sonriendo y acomodando unos papeles en su escritorio 
-No lo hubiera logrado sin su ayuda -Le conteste 
-Pero si el paciente no quiere ayuda, nada de lo que nosotros hagamos le podrá ayudar, es ayuda interna la que cuenta. Y ahora que regresas a tu vida en el Arauca quiero que me llames cuando sientas que algo va mal. Quiero saber como vas con tu vida, tu tratamiento no a terminado pero tengo la confianza suficiente que te sabras cuidar -Me decía. 
-Dra. Margil, yo en usted no veo solo una doctora pero una amiga que me a ayudado en los peores momentos de mi vida y por eso nunca la voy a olvidar -Todo lo que le decía era sincero, ella me había ayudado en el peor momento de mi vida y yo de alguna manera le tenia que agradecer
-Santos es mi trabajo no tienes que decir nada mas que si me llamaras y me mantendrás al tanto 
-Claro, se lo prometo. Le puedo dar un abrazo? -Le pregunte mientras me levantaba de la silla 
-Claro ven acá -Nos dimos el abrazo y se sintió muy bien, muy reconfortante. Me despedí  recogí las cosas que tenia y me fui. Una vez que estaba en el aeropuerto le llame una vez a Christina y una vez mas el contestador fue el que me atendió. Como cada vez le deje un mensaje 
-Christina, mi vida, estoy en el aeropuerto y se que no vendrás nada mas sabe que te voy a estar esperando toda mi vida -Ya no había mas capacidad para decir algo mas. Ya todo se había dicho y no había nada mas que decir. Una vez que todo estaba listo para partir, me subí al avión, me quede perdido viendo hacia la ventana imaginando me como seria mi regreso al Arauca. Nadie sabia que regresaba, los quería sorprender a todos. 
Sin mas espera el avión partió y mi esperanza de que Christina se fuera conmigo termino ahi. Tendría que esperar, buscar una forma de verla una vez mas, tal vez la respuesta era irme a vivir a Chicago, segirla y hacerla feliz. Lo opuesto de lo que hice con Barbara, pero tendría que hacer algunas cosas antes de que esto pasar. 
Al final me quede dormido por el resto del vuelo. 

jueves, 20 de marzo de 2014

Ilusionado

-No! Me gusta mas como te veias antes -Me decía mientras soltaba una pequeña risa. 
-Bueno pues ya veremos que pasa mas adelante, por ahora me quedare así por un tiempo. Christina te importaría decirme un poco mas sobre tu vida? A que te dedicas? Mis recuerdos son muy vagos y no recuerdo muy bien -Le dije esperando no molestarla.
-Claro Santos, pero tienes tiempo, pueda que tome un poco 
-Si claro para ti tengo mil años -Le dije sonriendo y tomando su mano 
-Bueno pues mi vida es muy simple, soy actriz, soy soltera, no recuerdo mi infancia, ni nada de mi por lo menos hasta que cumplí 28 años, tuve un accidente y al parecer perdí la memoria, como vos yo también estuve en tratamiento, es ahi como nos conocemos, por meses fui trastornada con recuerdos que no son de mi vida, y ahora que volví a ser actriz voy encontrando el propósito de mi vida. -No podia creer todo lo que me decía -Soy soltera por que por las noches tengo pesadillas muy desagradables que no me dejan confiar en nadie lo suficiente por que no van a entender, de mi familia no se nada en otras palabras soy solitaria, si tengo amigos, fans maravilloso que son los que me ayudan a vivir día a día, un poco de drama en mi vida no? -Me preguntaba con sus ojos llenos de lagrimas parecían dos vasos de agua a punto de explotar 
-Claro, pero te entiendo no me lo tienes que explicar. Christina yo se que pueda que aun no me tengas mucha confianza pero te prometo que en mi siempre tendrás un amigo, aun que yo me regrese a Colombia siempre estaré para vos, me entendes? -Le dije mientras la miraba a sus ojos fijamente
-Que? Como? Te vas de Chicago? -Me dijo muy exaltada
-Si, en un mes mas me dan de alta y la Dra. Margil me dijo que puedo regresar a Colombia sin ningún problema 
-Santos! -Sus ojos empezaron a derramar lagrimas
-Promete que te vas a cuidar y que me visitaras
-Hey Hey Hey! No me estoy despidiendo para siempre, yo voy a volver no te voy a dejar sola 
-Pero por que no te quedas en Chicago? 
-Por que tengo que regresar a Colombia a resolver todo los problemas que deje -No podia creer la reacción que Christina estaba teniendo, pero para poder ayudarla a entender se me ocurrió una idea que esperaba ella no fuera a rechazar 
-Christina? -Le dije con vos baja
-Si? -Me dijo ella secándose las lagrimas
-Te quieres venir con migo a Colombia? 
-Es enserio? Santos yo... -La interrumpí 
-Claro si no quieres esta bien 
-No Santos! Esa es una maravillosa idea, yo jamas eh ido a Colombia. -No podia creer que hubiera aceptado así de fácil, sin tener que rogarla, sin problemas, no podia esperar a poder pasar ms tiempo con ella, después de esto seguimos hablando, hasta que ella recibió una llamada de su trabajo y se tuvo que ir. 
---------------------------*-----------------------------------
Después de este encuentro nos seguimos viendo todos los días, salíamos a comer, de compras a sus pruebas de atuendos, la acompañaba a todo lo que ella me dijera y yo la sorprendía con pequeños detalles, me había propuesto robarme su corazón, hacerla mi compañera para el resto de mi vida, las semanas pasaron y la Dra. Margil dijo que ya era tiempo que yo regresara a mi vida cotidiana, que estaba listo para volver a ser Santos Luzardo el hacendado, que ya era hora de tomar las riendas de mi vida, y así fue, esa noche Christina y yo habíamos quedado de vernos en el restaurante de siempre, yo tenia listo los pasajes, uno bajo su nombre y el otro con el mío, pero solo eran de ida, sin regreso tenia pensado llevarme la con migo para siempre. 
Cuando llego al restaurante se miraba tan hermosa como siempre, era inevitable no notar que me estaba enamorando de ella y yo solo podia esperar que ella me amara a mi. La salude, nos sentamos, comimos, platicamos, y justo antes de irnos le dije 
-Mi vida te tengo una sorpresa -Ya era común que la llamara mi vida, al principio le incomodaba pero luego se acostumbro
-Una sorpresa? Para mi? A ver que es? -Le di el pasaje y lo miro, luego me miro a mi y de regreso al pasaje -Santos que significa esto?
-No! Me gusta mas como te veias antes -Me decía mientras soltaba una pequeña risa. 
-Que nos vamos! Nos vamos pasado mañana. Te voy a llevar a Colombia a recorrer los campos a cabaña, a que pruebes comida que no has comido, a que... a que te vengas a vivir conmigo 
-Pero y mi trabajo? -Me dijo un poco preocupada 
-Diles que necesitas unos días de vacaciones, que te parece? Te vienes conmigo por seis meses a conocer todo Colombia de mi mano -Por la mirada de su cara algo me decía que no aceptaría, tal vez yo la estaba presionando demasiado... 

martes, 18 de marzo de 2014

Reencuentro

-Santos... 
-Si? -Le conteste un poco consternado 
-Donde estuviste todos estos meses? -La verdad es que no sabia que contestarle, me daba miedo que si le decía que en verdad no sabia y lo del sanatorio no me dejaría verla -Te lo digo cuando te vea
-Ay cuanto misterio -Me dijo.
Después de eso nos pusimos de acuerdo y acordamos la hora, el lugar y todo lo necesario para poder vernos. No voy a mentir el hecho de volver a verla me emocionaba demasiado. Pero también temía por Roberto, no recordaba mucho y no recordaba muy bien en que términos habíamos quedado. 
Tener falta de memoria era de lo peor, no saber que había pasado me ponía muy mal pero la Dra. Margil decía que con paciencia lograría aclarar todas las dudas que tenia. 
Después de que termine con la llamada, regrese a mi habitación para encontrarme con una carta de Marisela. No me lo esperaba y mucho menos ahora pero me alegraba, después que abrí la carta encontré un dibujo hecho por Judith, éramos ella y yo, no podia evitar que me rompiera el corazón, la tenia tan lejos y me moría por un abrazo y beso que me llenan con ternura y me ayudan a seguir cada día. Con los meses que eh estado aquí la Dra. Margil me a ayudado a ver que la única razón por la que no me eh matado a sido por Judith, la Dra. Margil me a hecho comprender muchas cosas que hacer 5 años atrás jams hubiera entendido, como por que me sentía atraído a Marisela, no era amor, nunca lo fue, lo que yo sentía por ella era pena, y remordimiento por como Barbara la había tratado toda su vida. Pero sin embargo yo me cegué y no lo quise ver, deje a Barbara sola en los momentos que mas me necesitaba, la deje sola cuando nuestro bebe falleció, y eso jamas me lo voy a perdonar pero con la Dra. Margil estamos trabajando para que eso no me afecte y pueda encontrar una forma de seguir con mi vida y encontrar un balance donde al final yo pueda perdonarme. 
----------------------------------------------------------
Esa tare fui al pequeño restaurante donde quedamos de vernos con Christina, llegue una hora antes solo para asegurarme que tuviéramos una mesa y que todo saliera bien. 
Después de que la hora de encontrarnos llego me empece a preocupar pensad que Christina no llegaria a nuestra cita. Empece a pensar que se había arrepentido y que no podríamos arreglar nada. Justo cuando estaba por irme, sentí como una mano toco mi hombro y con una vos dulce y suele pronuncio mi nombre. Me di la vuelta y...
Era ella, rubia como el sol, tan bella como yo recordaba, no podia creer que si había venido, que si habia atendido a nuestra cita. Se veía tan hermosa que me dejo sin palabras, sin pensarlo dos veces me levante del acierto para ayudarla a que se sentara. Nos saludamos de beso en la mejilla y abrazo, se sentía tan natural como si la conociera de toda mi vida. 
-Quieres algo de tomar? -Le pregunte, no podia dejar de verla, se veia tan hermosa 
-Si por favor, agua estaria bien para mi 
-Claro -Ordene su agua y empezamos hablar sobre su día en el trabajo y de como su vida iba los últimos meses. No podia aguantar mas y le tenia que preguntar 
-Y con Roberto como va todo? -No me lo podia callar mas
-Quien es Roberto, Santos?
-Tu esposo? -Su cara me sorprendía 
-Santos... Yo no estoy casada, soy viuda recuerdas?
No lo podia creer, entonces de donde había sacado yo a Roberto. Creo que se dio cuenta de mi preocupación. 
-Santos, todavia estas en tratamiento? Donde estuviste? Te fui a buscar y nadie sabia donde estabas! -Me decía un poco mas seria, tenia que ser sincero con ella y decir lo que había pasado durante todos esos meses. 
-Quieras la versión corta o la larga? -Le dije siendo un poco sarcástico 
-La larga! 
-Bueno pues no recuerdo todo muy bien pero... me escape del sanatorio, regrese a Colombia, Marisela y yo terminamos, y volví a la depresión, una noche tuve un brote nervioso y me fui a cabalgar debajo de la lluvia, callo un rayo y me caí del caballo, después de eso no recuerdo mucho pero al parecer me perdí por unos días, cuando regrese, regrese buscándote por que mientras estaba inconsciente te sentí en el Arauca, imagine que te habías ido a vivir aya y que estabas casado a un hombre que se llamaba Roberto, y mientras eso pasaba Christina usted y yo nos enamorábamos, pero siempre me recordabas a Barbara y lo sabias. Cuando regrese a mi ser, decidí regresar acá por que estaba muy mal. Y bueno ahora ya estoy mejor, ya pude aceptar la muerte de Barbara, que Marisela me dejo y que al fin puedo estar bien para Judith... *Me reí* Vaya amigo el que te encontraste no?
-Santos, todo esto suena como una telenovela, has tenido unos malos momentos pero recuerda, después de cada tormenta siempre sale el sol. -Me dijo regalándome una sonrisa
-Pero que este nuevo look que te traes? Pelo largo, barba? 
-No se me dio por cambiar, te gusta? 
-La verdad? 
-Si, si claro
-No! Me gusta mas como te veias antes -Me decía mientras soltaba una pequeña risa. 
  

sábado, 8 de marzo de 2014

Lucidez

Cinco minutos pasaron y ella no me respondía, ya me estaba empezando a preocupar, pensando que no aceptaría y que me dejaría esperando por una respuesta. Me empece a preocupar y creo que la Dra. Margil no aceptaría la propuesta -Esta bien Santos Luzardo! Tenemos un trato entonces -Me dijo sonriendo, creo que la llenaba de agrado el verme así, decidido a querer salir adelante. Las siguientes semanas fueron arduas y duras, fueron sesiones largas, hablábamos por horas e incluso obtuve consulta médica de doctores distintos, pero si de algo estaba seguro era que me empezaba a sentir mejor, el único problema que había era que aún tenía lagunas mentales, aún habían pesados de mi vida perdidos. Pedazos y momentos que no podía recordar, la Dra. Margil y el Dr. Romero me ofrecieron hipnotizarme pero me negué. No sabía que recordaría o que cosas vería; aún no me sentía preparado para eso. Y así fueron pasando las semanas cuando menos me sí cuenta ya habían pasado seis meses desde que había vuelto a la clínica, ahora no sólo hablábamos en español pero también en inglés, ya me daban el lujo de dejarme salir al centro comercial los sábados, me estaba ganando la confianza de los doctores, pero aún había algo que yo quería. El teléfono de Christina. Muchas veces encerrado en mi habitación, durante la noche me imaginaba mi encuentro con ella ------------//Sueño\\------------- Estoy esperando en un café del centro comercial cerca del sanatorio, justo cuando menos me lo espero puedo escuchar mi nombré ser llamado -Santos! -Lo escucho por primera vez, con voz un poca baja -Santos! -Escucho una vez más, es Christina, vestida de negro con un toque de rosa, su cabello rubio como los rallos del sol, me levanto de la mesa y salgo a su encuentro. La abrazo y ella me abraza de regreso, puedo sentir el calor de su cuerpo juntó al mío, justamente lo que necesitaba. Pero me despierto y sigo solo y aún en mi cuarto. La espera me desespera, aún no eh podido hablar con mi hija, Marisela no quiere hablar conmigo, llama, pero nunca habla conmigo.
El tiempo que llevo en este lugar me a hecho cambiar mucho también me a ayudado a comprender y aceptar muchas cosas que antes no podia. Como la sed de venganza tan grande que Barbara tenia contra los hombres que le habían desgraciado la vida y también por que no podia aceptar y amar a Marisela como una madre haría. Barbara era así yo había hecho mal al tratar de cambiarla.
--------------------------------------------------
Un dia sin previo aviso la Dra. Margil me dio un pequeño papelito
-Here you go -Me dijo en ingles tendiéndome el papel, cuando lo abrí era el numero de Christina -Llámala Santos, ya es tiempo -Me dijo, y luego siguió caminando.
No sabia que decir, ni como referirme a ella, pero sin pensarlo dos veces la llame.
Marque el numero y el telefono sono y sono y justo cuando iba a colgar escuche su vos. Era mas dulce de lo que recordaba pero estaba seguro que era ella
-Buenas -Dijo, una simple palabra basto para saber que era ella.
-Christina? -Le pregunte, esperando con ansias 
-Si, quien habla? 
-Soy yo, Santos Luzardo -Mi voz casi se quebraba de los nervios 
-Santos? El Santos de Colombia?
-Si, si yo mismo. Christina nos podríamos ver?
-Santos! Dios mio!! Que emoción escucharte! Donde te has metido? -Poder escuchar lo emocionada que estaba al escucharme me hacia sentir tan bien
-Regrese a Colombia por unos meses pero ya estoy de regreso -No le quería decir que estaba en el sanatorio por medio del teléfono.
-Entonces que? Quieres que vayamos al cafe de siempre? Te veo ahi en 1 hora?
-Claro Santos, pero podrían ser dos, aun estoy en el trabajo -No me importaba esperar
-Claro Christina, nos vemos entonces -Y justo cuando iba a colgar
-Santos...

jueves, 6 de marzo de 2014

Buscando Una Respuesta

Los días pasaron como sí nada y yo me negaba a que la doctora me ayudara, me negaba a tomar los medicamentos que me daban y para mi mal, la doctora se negaba darme el número de Christina o dejarme salir del sanatorio los fines de semana, al parecer el trato era
que sí yo mostraba una mejoría mi comportamiento sería premiado. La cosa era que no era un niño con el que se puede jugar y ellos no entendían eso, mi desesperación por encontrar a Bárbara crecía, pues estando encerrado no podría. Después del primer mes me di por vencido y torcí la mano, la doctora me ayudaba, pero por alguna razón aún no podía recordar lo que había pasado durante ese año. Mientras más recordaba menos dormía, la asistencia de Bárbara me ponía loco, llegando al punto donde la Dra. Margil me hipnotizo para saber que era lo que me ponía así. -Santos eh llegado a la conclusión que tienes sentido de culpa con respecto a la muerte de la señora Bárbara Guimaran y si no superas su muerte no podrás vivir en paz. Me dijo la doctora, pero como seguí viviendo en paz cuando la persona que amas esta muerta? Poco a poco fui recordando, fui recordando como los últimos años de matrimonio con Marisela no se dieron bien, como peleábamos todas las noches y la única razón por la que parábamos era por Judith, como ella me reprochaba el no haber superado a Bárbara
----------------------/FlashBack\--------------- -Santos! Me puedes poner atención? Te estoy hablando -Me decía muy molesta, casi a gritos
-Que pasa Marisela, que es tan importante? -Estamos hablando sobre tener otro bebé y tu me ignoras, como crees que me siento? -Basta Marisela! Basta! Siempre es lo mismo, ya te dije que no quiero otro hijo, aveces me recuerdas mucho a ella, terca como una mula! -Exacto! Siempre piensas en ella y en mi cuando? Estas casado con migo no con ella. -Aveces no quisiera -Lo que pensé que había susurrado lo había dicho en vos alta y esto había casado que Marisela se enfureciera con migo aún más. -Ya esta! Largare de mi habitación, vete al otro cuarto a llorar tus penas por Bárbara!
--------------------/Fin De FlashBack\-------------- -Santos!! Santos!! -Me decía la doctora -Estas bien? Recordaste algo? Sólo la Voltee a ver y con la cabeza le di el gesto que sí -Quieres que hablemos sobre ello, o no te sientes listo todavía? -Lo que quiero es el número de Christina -Le dije casi exigiéndole, no planeaba decirle que era lo que había recordado sí ella no me daba el número de Christina primero.
-Santos, nosotros tenemos un trato y si ese trato no se ve cumplido lo siento mucho pero no podrás obtener el numero de Christina -No podia creer lo que me decía, que era exactamente lo que la Dra. Margil quería saber. Lo que fuera que ella quería saber yo no se lo diría aun no confiaba en ella lo suficiente. Pero necesitaba hablar con Christina.
----------------------------------------------------
Los dias pasaron, semanas, meses pero todo seguía igual, el cambio que yo presentaba
era muy poco, pero poco a poco fui aceptando de nuevo la muerte de Barbara, el echo de Marisela no me llamaba y no me comunicaba con Judith...
-Judith, mi niña, la niña de mis ojos -Me había enfocado tanto en recuperar a Barbara y Christina que me habia olvidado de lo importante que mi hija era para mi y como mi actitud le podría estar afectando.
Decidi dejar todo, dejar de pensar en Christina y enfocarme en mejorarme y salir de este lugar para poder volver a ver a Judith. Sin importar lo que significara para mi ver y recordar a Christina, mi hija era mas importante, ya no me podia dar el lujo de perder a alguien mas en mi vida.
Todas las mañana tenia tiempo para hablar con la Dra. Margil. Pero esa mañana seria diferente, esa era el día que pondría todo de mi parte para recuperarme y poder salir de este lugar.
-Este es el trato que vamos hacer. Yo pongo todo de mi parte para mejorarme pero usted Dra. me deja volver a Colombia en un mes. Trato? -La doctora me miraba con ojos de sorpresa, creo que no esperaba que reaccionara del modo que lo hice. Cinco minutos pasaron y ella no me respondía, ya me estaba empezando a preocupar, pensando que no aceptaría y que me dejaría esperando por una respuesta.

martes, 4 de marzo de 2014

Buscando La Verdad

Me fui de la oficina de Pernalete, era obvio que el y yo no teníamos nada de que hablar.
Cuando llegue a mi casa un par de hombres vestidos de blanco y una camioneta que nunca había visto me espera afuera de mi cada, cuando por fin pasa por la sala, Tia Cecilia y Antonio esperaban junto a ellos por mi -Santos, mi vida -Me decía tia Cecilia -Buenas tardes, que se les ofrece? -Santos, son de la clínica y están aquí por ti -Por mi? -No podía entender lo que pasaba -Santos, necesitas ayuda, necesitas volver al sanatorio y que te ayuden, por eso tienes un boleto para Estados Unidos en dos horas, vas a volver a Chicago y ahí te van ayudar. -Tia, de que hablas? Volver a que sanatorio? -Señor Luzardo, nos tenemos que ir -Pero estoy bien, no necesito ayuda lo juro -Santos ve con ellos por favor Tomó unos cuantos momentos y explicaciones para que yo pudiera decidir irme con ellos, después de que mi tia me explicara lo que me pasaba, decidí ir, pero de algo sí estaba seguro, necesitaba encontrar a Christina y a Bárbara. -------------------*-------------------- Una vez en la clínica me dieron lo que ellos llamaban mi antigua habitación, yo no podía recordar este lugar, la gente, el olor, la comida nada de veía similar. No podía creer que tia Cecilia me había hecho venir a este lugar cuando la vida de mis personas amadas estaba en peligro, ya era tarde y al parecer en este lugar habían reglas que seguir. A las ocho de la noche todas las luces se apagan y todos se iban a dormir. Al día siguiente tenía una cita con mi sicóloga para ver mis avances y en lo que aún necesitaba ayuda -Santos Luzardo. Es un gusto verlo de regreso, como hemos estado? Una de sus amigas de afuera a venido a preguntar por usted muchas veces mientras usted de escapo sabe? -Disculpe doctora, no la recuerdo -En realidad no tenía ni idea de que hablaba esta mujer -No te preocupes suele pasar. Santos quiero que entiendas que estamos aquí para ayudarte y para hacer que te mejores -De que amiga habla? -Santos! Concentrarte en lo que te digo, necesitas ayuda pero ningún tratamiento funcionara sino te dejas ayudar, tienes que aceptar que tienes un problema -Me podría decir de que amiga habla y luego hablamos de lo demás -Era claro que me ocultaba algo, tal vez era Bárbara y la doctora Margil no me quería decir -Esta bien entonces te diré -Me decía mientras tomaba asiento, la doctora Margil, era mujer elegante, con un pequeño acento americano cuando hablaba en inglés, de pelo negro y corto y piel clara -Se trata de tu amiga Christina Carvajal, ella dejo un número de teléfono al que le puedes llamar pero sólo te lo daré sí hacemos un trato. No tenía idea de que trato sería pero necesitaba ese número, necesitaba encontrar a Christina y saber que había sido de ella y por que se había ido del Arauca sin decir adiós
-Esta bien doctora, que quiere a cambio. -Le dije arqueando una ceja y juntando las dos manos -Que te abras y me platiques de Bárbara Guimaran -Al decir esto la doctora soltó una pequeña sonrisa como si planeara algo -Por que tendría que hablar de ella, pensé que estábamos aquí por mi -Claro pero la señora Guimaran tiene mucho que ver en tu estado mental -A que se refiere? -Por más que trataba no podía entender nada de lo que esta mujer hablaba, que tenía que ver Bárbara con mi supuesto estado mental -Bueno Santos no es sorpresivo ver a un hombre volverse loco por dolor -Dolor? Más bien desesperación, todo mundo trata de convencerme que Bárbara esta muerta y nadie me quiere decir donde se esconde -Era obvio que ella sabía donde estaba Bárbara -Santos, Bárbara tiene un año y medio desde que murió y tu aún no puedes superar su muerte -Sus palabras me causaban molestia -Eso no es verdad! Bárbara está viva me escucho viva! -Mientras apuntaba mi dedo hacia ella -Yo la vi en el Arauca, yo la vi. Instantes después de eso fue como sí algo me golpeara derrepente sin aviso alguno, claramente pude recordar todo lo que habia pasado, Marisela recibiendo la noticia de que Bárbara había muerto, nosotros viajando a Brasil para encontrar su cuerpo y poder enterrarlo, yo en estado de depresión, al punto donde nisiquiera mi propia hija me podia sacar de ella, y el día... El día en que Marisela me internó acá. Todo era más claro que el agua, yo Santos Luzardo había perdido la cabeza, me había enloquecido de dolor, el dolor de a ver perdido a Bárbara. Y luego, luego recordé el día que conocí a Christina, a esa mujer rubia, despampanante, tan elegante, seductora, dulce y tan... Tan parecida a mi Bárbara,
todos tenían razón había perdido mi cabeza y justamente en ese momento no sabía a donde mi vida me llevaría. Estaba sólo y vacío