-Señor Santos Luzardo como se siente perder ante mi? -Me decía con la respiración pesada y agitada pero con una sonrisa de oreja a oreja-No, lo que pasa es que te deje ganar -Le dije para no sentirme con un gran perdedor pero la verdad
es que si era con ella no me importaba perder nunca, la dejaría ganar las veces que fueran necesarias orar ver esa sonrisa en su cara que iluminaba mi día, mi noche y mi vida.
-Di lo que quieras pero yo gane por las buenas -Me decía sonando retadora y tomando pequeños pasos hacia mi. Después de la pequeña carrera que tuvimos en el caballo, decidí llevarla a la poza, ya que era de noche era el mejor momento para estar ahi, la poza parecía otra, pasiva, llena de luz de la luna, perfecto para un momento romántico.
Cuando Christina estaba alfil tan cerca de mi que podia sentir su respiración decide tomarla en mis brazos y cerrar el vacío que habían entre nosotros, aun podia sentir su respiración agitada, podia sentir su corazón saltando dentro su cuerpo, podia sentirla temblar al estar entre mis brazos, su cuerpo encajaba perfectamente con el mío, como si Christina estuviera hecha perfectamente para mi.
Esa sensación la había sentido antes, pero no planeaba en recordar un pasado que ya estaba de mas enterrado. Christina no lucho contra a mi cuando la acerque hacia mi, sus manos cayeron en mi
pecho, y sus ojos clavados en los míos, nos quedamos mudos las palabras estaban de mas en este instante, todo lo que le quería decir estaba dicho con mi mirada y todo lo que ella me quería decir estaba dicho con su mirada. Este momento no podia ser mas perfecto. Deje caer mi frente sobre la de ella, admirando su belleza, oliendo su aroma, memorizando cada parte de su cara. Quería que se quedara memorizada en mi mente, en mis recuerdos para siempre.
-Santos.. Yo.. -Me dijo Christina, despertándome de ese hechizo tan profundo que ella misma me había hecho. Pero no la deje terminar, me deje llevar por el momento y la bese. El beso fue tierno, fue suele sin embargo estaba lleno de pasión, de deseo, de desesperación. Era obvio que yo no era el único que había esperado por este momento, mis manos recorrieron su pelo, tan suave, el momento era mágico. Después de unos minutos de aquel beso apasionado y de algunos mordiscos los dos dejamos ir, nos quedamos observando uno al otro sin nada que decir, le di otro beso pequeño y me separe un poco de ella, un poco asustado que si nos quedamos así de juntos no la podría dejar ir.
-Quieres is a nadar? -Le pregunte quitándome la camisa y dándome un chapuzón al agua.-Santos eres un loco irremediable -Me dijo mientras aplaudía como una niña pequeña. No habia nada que quisiera cambiar del momento, verla actuar así hacia que me gustara aun mas. Quien era esta mujer? Era una diosa, una bruja, una hechicera; me había hechizado y de su lado yo nunca mas me quería ir.
-Ademas no tengo nada con que nadar -Me dijo con una pequeña sonrisa picara.
-Señorita Carvajal le parece que yo tengo algo con que nadar también? -Le dije mientras señalaba mi semi desnudo cuerpo. Una carcajada fue todo lo que Christina soltó, dejandose caer en el suelo
-Pues yo así no nado eh -Me dijo apuntando con su dedo.
-Vamos Christina no seas una niña mimada, déjate llevar por el momento -Con una carcajada mientras se lo decía.
-Esta bien pero date la vuelta -Me dijo sonando un poco penosa y con su cara tornandose de un color rojo, era obvio que le daba pena pensar que la vería sin su ropa o desnudándose frente a mi.
ME SABIO A POCO KIERO MASSSSS, CUANDO SUBES DE NUEVO?
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