miércoles, 11 de junio de 2014

Buscando Soluciones

-Como que desapareció?? -Le dije preocupado, podia sentir como mi corazón se iba a salir de mi pecho. 
-Barbara, están compartiendo cuerpo de ninguna manera puede Christina desaparecer así por así -Le dije, me estaba exaltando, mi corazón latía cada vez mas fuerte y mi sangre subía a mi cerebro. 
Barbara parecia vacía, con la mente en blanco, que estaba pasando?
-Santos, si esto fuera fácil de explicar y de vivir créeme que me encantaría pero no lo es! No eres el único que no puede entender lo que esta pasando! -Me decía, Barbara parecía molestad, alterada y preocupada; esta ola de emociones y sentimientos cada vez se complicaba cada vez, algo nuevo aparecía día a día, necesitaba hablar sobre esto con la Dra. Margil. Barbara me saco del trance en el que había entrado 
-Y ni se te ocurra hablar de esto con nadie Santos Luzardo, esto es entre nosotros y solo nosotros tenemos que solucionarlo -Me decía apuntando con su dedo. 
-Barbara necesitamos ayuda, necesitamos solucionar esto y rápido; no sabemos que pueda pasarle a Christina si ustedes se quedan así por mucho tiempo -La idea de perder a Christina me estaba empezando a agobiar. No lo había pensado antes. 
Babara no dijo nada, pero le vi el cambio de actitud, estaba mas tranquila, mas pasiva y preocupada. Lo que fuera que el destino tenia preparado para nosotros, nosotros no estábamos listo para el. O al menos yo. 
Barbara caminaba de lado a lado en el cuarto, me estaba empezando a imaginar que le abriria un oyo al piso de tanto que se movia. Parecia estar pensado algo, era claro que tenia una idea pero que? Barbara podia ser peligrosa, sus palabras venenosas como las de una serpiente, sus acciones rápidas como una tigresa, aun estando en otro cuerpo que no fuera el de ella, su esencia, su persona no se perdía. Yo podría reconocer a Barbara hasta si estuviera en el cuerpo de un hombre. 
Derrepente para y con el dedo de la mano 
-Tengo una idea -Dice con una sonrisa en el rostro 
-Pero no se si funcione -Dice con un pequeño ceño en el rostro 
No era necesario que digiera algo mas, su idea podia tener consecuencias peligrosas y ella lo sabia, aun así quería saber que era su idea, escucharla hablar, escuchar como se expresaba me llevaba de regreso años atrás cuando ella estaba viva, su voz me podia envolver y me podia embobar, era como una dulce melodía y no me importaba que lo que digiera yo la quería escuchar para toda la vida. 
-Tengo que hablar con el socio -Dijo ella mirando me a los ojos, ella sabia que yo no creía en el "socio" para mi eso es solo una tontería que ella inventaba. 
-Barbara, estoy seguro que podemos encontrar una mejor solución que hablar con "el socio" - Se lo dije en tono de burla y pude notar como le molesto pero no me importo ella sabia que yo no creía en nada de su magia negra, ni nada de eso. 
-Bueno doctoricito de cuarta entonces que sugiere usted gran experto de ideas magnificentes -Me dijo Barbara con su tono descarado casi en forma de burla. 
-Bueno se me ocurre que podemos llamar a la doctora Margil y viajar a Chicago -La expression de Barbara dejaba en claro que mi idea no le habia parecido 
-Ah.. Ah Chicago -Barbara tutibio mientras decía esto, algo la exaltaba 
-Si Barbara ahi fue donde recibí mi tratamiento -Le dije mientras me acercaba a ella. Barbara levanto la cabeza, como si estuviera confusa  la mirada de sus ojos dejaba mucho que desear, la sensación que me hacia sentir con sus ojos me lastimaba 
-Tratamiento? De que hablas Santos? -Me dijo ella un poco mas calmada 
-Barbara cuando me entere de tu muerte.. -La voz se me quebraba aun no estaba listo para hablar de esto pero lo debía de hacer; tarde o temprano lo tendría que afrontar. 
-Y de tu entierro me perdi, me perdi en mi propia mente, los fantasmas, TU fantasma de perseguia noche y dia, la culpa de haberte alejado de mi, de no haber sido mas fuerte, de haberme enamorado de Marisela me agobiaban perdi la razón  Se que soy un idiota por todo lo que hice por lo que te hice a ti y la culpa no me dejo vivir. Termine internado en un hospital psiquiátrico y después en una clínica de recuperación por que trate de acabar con migo mismo, me perdí en la depresión -Podia ver las lagrimas recurrir el rostro de Barbara
-Y fue ahi donde conocí a la Dr. Margil, ella fue mi doctora y paso a paso me ayudo a recuperar, luego conocí a Christina y no se como pero me escape de la clínica y regrese acá y volvía recaer; hasta que finalmente logre recuperarme y logre salir con el permiso de la doctora, se que odias los aviones pero Barbara yo tengo fé que ella nos podrá ayudar -Finalmente la tome de las manos, Barbara estaba fría, parecía un cubo de hielo, paralizada completamente, 
-Santos yo..Yo nunca pensé que te fuera a afectar mi muerte así -Me dijo, tomando unos cuantos pasos hacia mi, hasta que pude sentir su cabeza recargada en mi pecho, podia sentir su respiración, podia sentir el aroma de su cabello. Olía a jazmín, me encantaba tenerla entre mis brazos. 
-Pero paso Barbara y gracias a eso ahora veo el mundo mejor -Le dije dandole un apretón entre mis brazos. 
-Ahora para de llorar y dime si estas de acuerdo con viajar a Chicago y arreglar todo este problema -Le dije mientras la tomaba en mis manos por sus brazos y la miraba 
-Tienes que hablar de eso con Christina Santos, este no es mi cuerpo -Me dijo
-Barbara por Dios! -Me molesto un poco que reaccionara así, después de todo acababa de cambiarle el estilo por completo a Christina y todavía le preocupaba si Christina estaría bien con viajar a Chicago 
-Estas hablando enserio? -Le dije 
-Me estas diciendo que no puedes viajar en el cuerpo de Christina a Chicago para arreglar esto pero si puedes cambiar el look de ella? -No lo podia creer, Barbara se podia comportar como una niña caprichosa aveces. 
-Quien te crees que eras Santos Luzardo? No te has puesto a pensar que te dije que ella acepto el cambio de look? Viajar.. Viajar a otro país es diferente -Me dijo ella, mi reacción la había molestado. 
Cuando la vi reaccionar así fue que caí en cuenta. Claro unas horas antes Barbara me había dicho que Christina había accedido al cambio. ¿Donde estaba Christina?
Ya habían pasado cerca de tres horas desde que Barbara y yo nos habíamos encontrado y no había ni una seña de Christina, que estaría pasando con ella. 
El recuerdo de cuando la conocí me vino a la cabeza. 
Ese dia. El dia en que aquella rubia hermosa se cruzo en mi camino de pura casualidad o tal vez el destino lo tenia decidido que fuera así.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Y ahora.. ahora ella estaba perdida, pero no podia dejar de pensar en ese día... 



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